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LISBOA — Portugal empezó a racionar el combustible el lunes, en el primer día de huelga indefinida de 2.000 conductores de camiones cisterna por demandas salariales. La protesta coincide con el cénit de la temporada turística estival y con la cosecha de verano.
El gobierno fijó un límite de 25 litros (6,6 galones) por vehículo ligero y de 100 litros (26,4 galones) para camiones en las gasolineras hasta nueva orden, después de que la mayoría de conductores de camiones cisterna se sumara a la huelga.
Algunos conductores en otros sectores se sumaron a los paros.
El gobierno socialista de centroizquierda, que afronta elecciones generales en octubre, obligó a los camioneros a proporcionar un suministro mínimo ante la perspectiva de desabastecimiento de combustible y alimentos frescos.
Las autoridades confiaban en limitar las complicaciones al exigir que los camioneros mantuvieran los suministros a servicios de emergencia y aeropuertos, hicieran el 75% de las entregas habituales a los servicios de transporte público y del 50% a las gasolineras.
Además, todos los artículos perecederos y al menos la mitad de los suministros normales de comida debían entregarse a los comercios.
Algunos camiones que entregaban combustible el lunes operaban con escolta policial y la policía se mantenía en alerta por la posibilidad de que los huelguistas cortaran carreteras. En las gasolineras se registraron pocas aglomeraciones, ya que muchos conductores llenaron los depósitos durante el fin de semana.
El gobierno advirtió que si los conductores no cumplían los servicios mínimos, recurriría a una ley poco utilizada para obligarles a volver al trabajo.
Las autoridades también se preparaban para recurrir a miembros cualificados de las fuerzas de seguridad para entregar el combustible si era necesario.
El paro fue convocado por el Sindicato Nacional de Conductores de Materiales Peligrosos, que representa a unos 750 de los aproximadamente 900 conductores de camiones cisterna, y el Sindicato Independiente de Conductores de Vehículos de Mercancías.
Los camioneros reclaman subidas anuales escalonadas para los próximos tres años sobre su paga básica y sus bonificaciones mensuales. Quieren que su salario básico pase de 630 euros (705 dólares) al mes a 900 euros para 2022. Sus bonificaciones mensuales dependen del salario básico.
Los empleadores dicen que no pueden permitirse las subidas que reclaman los sindicatos.
El primer ministro, Antonio Costa, que visitó el lunes por la mañana a trabajadores de emergencias para ver su preparación ante la huelga, pidió a ambas partes que retomen las negociaciones.
Mientras tanto, los agricultores temían que los productos frescos de verano, como lechugas y tomates, no llegaran a tiendas y mercados antes de echarse a perder. Los productores de lácteos advirtieron que podrían perder millones de litros de leche por cada día de huelga.
La región sureña del Algarve, un popular destino vacacional en Europa, recibe en torno a un millón de turistas en agosto, y los teleoperadores temían que los paros pudieran afectar a los veraneantes.