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El gasto social palió la crisis; el reto ahora es generar economía

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El gasto social palió la crisis; el reto ahora es generar economía

Hace tres años, cuando ganó la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) prometió dos cosas en materia económica: una transformación para desterrar los vicios del modelo neoliberal, como lo son la desigualdad social y la corrupción; y un impulso productivo para romper con la inercia de bajo crecimiento económico de los últimos 35 años.

Hoy, a mitad de sexenio, el talón de Aquiles de su administración sigue siendo el crecimiento económico, que lo ha quedado a deber, en gran medida, por el clima de recesión por el que atraviesa el país desde principios de 2019, mismo que se acentuó con la pandemia de coronavirus, en un contexto en que la recuperación económica —que ya empezó— se extenderá más allá de 2021, considerando que aún regresando a los niveles previos a la pandemia, la economía mexicana estará anclada por los factores de bajo crecimiento económico que había previo a la pandemia.

Sin embargo, uno de los cambios que prometió —y que está en movimiento— es la implementación de una política económica con un enfoque de bienestar con justicia social, que en los hechos se ha materializado a través de una serie de transferencias o subsidios sociales que contrasta con lo que hicieron anteriores administraciones, en que se dio prevalencia al rescate de grandes agentes económicos —como lo son empresas del sector privado— aún a costa de un mayor endeudamiento público.

Para analizar el comportamiento de la política económica del actual sexenio hay tres puntos de quiebre: el periodo antes de la pandemia, la pandemia y la etapa postpandémica, de acuerdo con la doctora Nayeli Pérez Juárez del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Este medio tiempo del actual sexenio no se puede explicar sin esos antecedentes”, dijo en entrevista la economista, ya que si no se consideran y sólo se revisan los indicadores económicos, obviamente el resultado será “bastante negativo”.

Por ejemplo, el Producto Interno Bruto (PIB) del primer trimestre de 2021 fue 4.8 por ciento inferior al del mismo trimestre de 2019, que incluye una disminución de las actividades industrial, de servicios y de comercio; y la masa de inversiones (pública, privada y extranjera) como porcentaje del PIB al cuarto trimestre de 2020 fue 18.4 por ciento más baja que la registrada en el cuarto trimestre de 2018, indican cifras de la Secretaría de Economía (SE) y del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi).

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