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LA CÁBALA / Azul cieno

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Azul cieno

 

El espectáculo panista de las últimas horas es el de un partido que explota hacia adentro con tramas mafiosas, cuchillos que vuelan entre sus agremiados y éxodos a tierras más prometedoras. Se les fue de las manos la trifulca interna y se despedazan en vivo y en directo.

 

El partido de los valores demócrata-cristianos, de la clase media urbana y el credo ciudadano, dirimiendo a navajazo limpio y en la calle sus pleitos internos menos edificantes.

Se les ha ido de las manos un feo conflicto interno por puro poder orgánico. De pena ajena que su guerra civil no sea por ideas sobre el rumbo de San Luis, por proyectos de fortalecimiento democrático. La crisis del PAN es sólo por el control material, financiero y de proyección electoral del partido.

La renuncia del senador Marco Antonio Gama Basarte venía cantada desde hace meses. Amagó con irse por falta de espacios, se hizo fotos con el dirigente nacional de Movimiento Ciudadano y las subió a sus redes. Alarmado por la posible pérdida de un voto en el Senado, el dirigente nacional Marko Cortés presionó a la figura más señalada en todo este barullo, y cercana al dirigente nacional: el diputado federal Xavier Azuara Zúñiga.

Tuvo el legislador que ponerse a hacer labor de contención emergente, pero tarde: la descomposición ya estaba desbordada desde la conformación del consejo interno, donde el reparto de posiciones acabó por desencantar a los que ya de por sí no le tenían mucha fe al perfil que el azuarismo impulsó para la dirigencia estatal, la ex regidora Verónica Rodríguez Hernández.

La beneficiaria de toda esta agitación, ya dirigente estatal sin impugnaciones en su elección, no ha tenido una posición clara y consistente de este desbarajuste. No lo desautoriza, de eso se encargan azuaristas en un súbito ataque de creatividad (que no Azuara). La presidenta extiende ramitas de olivo formalmente pero sin margen de negociación concreta. Extraña posición la suya: dirige un partido en guerra civil derivada de su arribo a la dirigencia, pero ella no es el blanco, no es la solución, ni el árbitro, tampoco el rival a vencer. Inclasificable su situación, incómoda, sin narrativa.

No hubo arreglo posible y Gama acabó por confirmar que se va y no lo hace sólo. Con él se van, entre otros, un panista histórico, el ex senador y ex secretario del Trabajo Francisco Salazar Sáenz; la ex diputada federal y local Josefina Salazar Báez. Se van más panistas, o tienen planes de hacerlo. No siempre al Movimiento Ciudadano, los hay con otras direcciones.

Lo que empezó con pellizcos, fue subiendo escalones hasta llegar a los navajazos. Obvios, al ex presidente del partido Gama le dedicaron insultos de todo tipo, descalificaciones y furibundas imputaciones de chantaje. Qué necesidad. En lugar de vender que se ha pasado página y el partido intenta reorganizarse después de los pobres resultados del 21, los panistas hicieron más evidente que el PAN potosino se rompió en manos de una facción.

Allá Movimiento Ciudadano si Gama Basarte es el dirigente que estaba esperando para sus planes de crecimiento en San Luis. El senador tiene una trayectoria concreta que los panistas conocen. No le fue bien ni en la auditoría de su gestión administrativa en el PAN y Nueva Alianza lo recuerda todavía con cariño porque les concedió un acuerdo de transferencia de votos que dejó muy recortada la representación pluri del blanquiazul.

Más significativa la renuncia de don Paco Salazar, panista de cuando había que pelear por las bardas a tinazos de lechada de cal, porque el entonces poderoso PRI no dejaba espacio a la propaganda opositora.

Una pena el retiro de Josefina Salazar, después de una resiliencia notable a los desdenes y golpes en su propio partido, con el que se identificó muy joven. Hay un mar de fondo en el trato que recibió esta dama de sus compañeros blanquiazules, relacionado con las “redes” de apoyo financiero-electoral de las que nunca se habla en público porque son impresentables. Cualquier parecido que se les encuentre con esas casas de préstamo que dan pátina corporativa a bandas de extorsionadores sin escrúpulos, es plenamente acertado. Forman parte de la realidad actual del PAN potosino, si es que se quiere “hacer carrera política”.

La pérdida de institucionalidad ha alcanzado de manera abrasiva al PAN, contagiados sus dirigentes de los modos que exportaba el PRI en sus mejores tiempos y que nuestra izquierda mexicana de núcleo priista ha exhibido muchas veces, llámese PRD o Morena: purgas, golpes bajo la mesa, control faccioso, intolerancia con el adversario y uso de expedientes con apariencia o consistencia pecaminosa como arma arrojadiza.

La escalada verbal tontuna del diputado José Antonio Meraz contra Gama se queda corta contra las acciones que ha propiciado el río revuelto contra el diputado Xavier Azuara Zúñiga. Con sello de recibida datado el 11 de febrero pasado en la Fiscalía General del Estado, una denuncia anónima de enriquecimiento ilícito en contra del legislador federal, familiares de éste y panistas cercanos a Azuara, entre ellos el actual tesorero del Directivo Estatal panista que preside Verónica Rodríguez.

Las denuncias anónimas en temas de corrupción tienen viabilidad si tienen respaldo de prueba. En este caso, el tema de fondo es una sociedad propietaria de un hotel boutique; los socios dueños y el comisario de esa sociedad, se supone, son colaboradores de Azuara, personas cuyos ingresos conocidos –lo señala la denuncia-, no dan para un emprendimiento de ese nivel. Pero además, la argumentación de la denuncia apunta a la revisión fiscal de los involucrados en ese documento. Anónimo, sí, pero el tipo de alegato que, con algo de una voluntad poderosa, acaba siendo lo que se pretende que sea.

Que la Fiscalía estatal es autónoma es tanto como creer que Santa Clos y las hadas existen. La guerra civil panista ha puesto un balón de regalo en la cancha del jefe político de este estado: puede decidir en definitiva que no es su partido y devolverlo; puede poncharlo discretamente; puede patearlo y hacer un gol a su favor o puede guardarlo para mejor y más rentable ocasión. Debe ser entretenido que todos los vientos pasen por la torre acristalada adjunta al Centro de Convenciones.

Mientras el PAN potosino acaba de hacer implosión y sus escombros van en caída libre, el Movimiento Ciudadano le come terreno, a querer o no. Si le funciona o no el reclutamiento de ex militantes desencantados de otros partidos, el partido naranja por lo pronto va engrosando sus bases y encontrando otras formas de canalizar y visibilizar esta atmósfera generalizada de desencanto político.

El PAN perdió la capacidad para mirar fuera y traducir a su electorado la complejidad de los cambios, si es que siquiera los ve. Los panistas son hombres y mujeres de nómina, burócratas del poder; su realidad se reduce a guerras intestinas.

Un poco raro que el alcalde capitalino, Enrique Galindo Ceballos, no aparezca en las relatorías del evento de la Asociación Nacional de Alcaldes del PAN, por coalición, celebrada a principios de mes en Guanajuato, y en cambio se haya hecho más ruido con su participación en una nueva asociación de presidentes municipales de distintos partidos en la que es tesorero su colega regio, Luis Donaldo Colosio Riojas, figura en ascenso de Movimiento Ciudadano.

A lo mejor también lo tienta un cambio de aires.

 

CARGO LECHERO. El ex titular carrerista de la Secretaría de Desarrollo Social y Regional Alberto Elías Sánchez, en proceso de revisar la documentación relativa a la delegación de Liconsa en San Luis Potosí, con el voto de confianza de Juan Francisco Mora Anaya, director general de Segalmex.

CAMBIO SIN AVISO. Las razones por las que esa delegación se quedó sin titular no se han hecho públicas. Elías Sánchez andaba por tierras michoacanas cuando le dieron la instrucción respecto del programa de abasto social lechero en San Luis. Liconsa abastece más de 340 lecherías.

REFORMA POLICIACA. Se aplicó el secretario general José Guadalupe Torres Sánchez en sacar la reforma para crear la Guardia Civil. A como están las cosas con la inseguridad, se espera que sea para bien, aunque la publicación de iniciativa y observaciones no proyecta mucho entusiasmo de quienes participaron en ese proceso, como la CEDH y algunos ciudadanos.

DENOMINACIÓN. En resumen, las observaciones n general subrayan como cambio de nombres a las corporaciones policiacas lo más destacado. No se le ve mucho más allá. Y lo del perfil militar como titular, algo que a la fecha no tiene muchos bonos porque la seguridad en el país, en manos de militares, sigue tan mal como siempre.

¿PASE DE REVISTA? Según priistas potosinos, el dirigente nacional tricolor los visitará en unos días.

 

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