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EL VIACRUCIS DE PERDER UNA HIJA EN MANOS DEL FEMINICIDIO

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OPINIÓN
Verónica Cruz Perales

El 17 de enero del 2021, en el municipio de Rioverde, fue asesinada Alejandra Reséndiz García, una joven de 20 años, quien en varias ocasiones había denunciado ante las autoridades a su presunto homicida, el cual inició acosándola a través de las redes sociales, y posteriormente de manera personal.

Era domingo, y Ale transitaba en una motocicleta acompañada por una amiga, a la que le daba un raid al Hospital Regional de Rioverde, para que la revisaran de un dolor abdominal.

Bernardo “N”; su agresor, la siguió en una camioneta; y al no hacer caso para detenerse, prácticamente las atropello, levantando a Alejandra del suelo inconsciente para subirla a su vehículo y desaparecer, dejando en el lugar a su compañera, quien solicito ayuda, por lo que además golpeo a una persona del sexo masculino, que intento auxiliarlas.

El cuerpo de Alejandra fue encontrado al siguiente día sin vida a la orilla de la entrada principal al Barrio de los Ángeles, a 300 metros del cruce con la súper carretera, San Luis Potosí-Rioverde; fue violada, torturada y recibió varias puñadas que terminaron con su existencia.

Al día de hoy, su madre, Dora García, no ha logrado que se haga justicia. A pesar de iniciar una lucha que la ha llevado incluso a plantarse frente a Palacio Nacional; invirtiendo todo su tiempo y recursos en busca de que el homicida reciba su castigo.

Hace unos días se dio a conocer que el homicida logró que el juez le cambiará la audiencia por el caso de feminicidio hasta el próximo martes 5 de abril; lo que por supuesto siembra dudas en la madre de Ale, su familia y la sociedad.

Es sospechoso que a más de un año del homicidio de Ale no se haya hecho justicia para ella, su hija y su madre; tan solo imaginar el dolor por lo que ha atravesado cada uno de los miembros de su familia da escalofrío.

Ahora agréguele el recurso económico que han tenido que gastar para ir y venir en su búsqueda de la justicia; la atención medica y psicología de la hija, la madre y las hermanas de Alejandra.

¿Porqué a las autoridades les ha costado tanto trabajo hacer justicia?; Esa es la pregunta que nos hacemos después de conocer los hechos; pues cuando localizaron el cuerpo de Ale, el homicida ya había sido detenido por elementos de la Policía Municipal quienes detuvieron su camioneta en la colonia Molinos, El Alto en Ciudad Fernández, por manejar a excesos de velocidad; lo retuvieron porque sus ropas y su cuerpo estaban llenos de sangre y tenia consigo una arma punzocortante con sangre; el individuo se negaba a decir como la sangre se había transferido a sus ropas.

Cuando los medios subieron a las redes su fotografía, fue señalado por amigos y familiares como el acosador; y fue detenido por las autoridades de la fiscalía que ya buscaban desde la tarde anterior a Ale, una vez que localizaron su cuerpo; no fue difícil hacer las pruebas científicas, pues la joven tenía en su cuerpo claros signos de haberse defendido.

El viacrucis que sufren las madres de las víctimas de feminicidio no es nada sencillo, y si en casos donde hay tanta claridad en los hechos, la justicia tarda tanto; imagínense usted lo que tienen que sufrir las aquellas madres que pierden a sus hijas en hechos más complicados.

A pesar de las manifestaciones y de las exigencias de muchas mujeres en las calles, la justicia sigue llegando a paso de tortuga, o aún peor, no llega nunca.

Hasta la próxima.

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