Por: Esteban Espinoza Hernández.
“La vida es una sucesión de incertidumbres, y lo peor podría estar escondido detrás de cualquier esquina”. – Gabriel García Márquez
Todos los días la fotografía electoral cambia, y ha quedado muy atrás la conocida frase del ex líder cetemista, Fidel Velázquez, quien dijo “Quien se mueva, no sale en la foto”; hoy todos andan muy movidos, tanto que hacen cada “disparate” para llamar la atención de los ciudadanos, principalmente de aquellos que están en redes sociales.
Todos sabemos que en la Cuarta Transformación sólo habrá de dos sopas; Claudia Sheinbaum ó Marcelo Ebrard; y en Frente Amplio Opositor, aún no se ve con claridad quién podría abanderar la causa; si bien, Xóchitl Gálvez despegó con gran fuerza; todavía tiene que enfrentar los intereses de las dirigencias que representa, y las cuales no la tenían en el radar; y parecían tener definido ya a su próximo candidato.
Desde Oaxaca, la Senadora Xóchitl Gálvez anunció que ya había superado por 10 mi firmas el requerimiento que le hizo el Frente Amplio por México para participar en el proceso interno; y tal parece que sus enfrentamientos diarios con el Presidente de la República seguirán aportándole presencia en medios y en redes sociales, y sumándole; porque Andrés Manuel López Obrador, es terco, jamás aceptará que equivoco el camino con la señora X.
Mientras que Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum parecen haberse detenido en su ascenso, apocados por el pleito del Presidente con Xóchitl; se les esta complicando regresar a la conversación pública de manera positiva; lo que tendrán que hacer en los próximos días, o de lo contrario continuarán a la baja.
Y es justo aquí, donde el Gobierno Federal comenzará a sufrir una debacle natural, a un año de concluir su mandato, sus errores se hacen más evidentes, como es el caso del deplorable sistema de salud que vivimos las y los mexicanos; y que cada día cobra más vidas en los hospitales públicos por la falta de recursos e insumos para atender a quienes acuden con problemas graves de salud.
El presidente insiste en que tenemos un sistema de salud público igual que en Dinamarca, y los ciudadanos ya quisieran, cuando menos como lo dejo Peña Nieto; pues es muy triste el viacrucis que viven todos los días para conseguir medicamentos oncológicos o para tratar casos de enfermedades crónicas que se les han complicado, suplican por una cama en algún hospital público para una persona que está en alto riesgo de perder la vida.
Así se le va el recurso a las personas de la tercera edad, que reciben pensión del gobierno federal, pagando atención médica y poniendo además de sus propios bolsillos, porque se ha encarecido el servicio médico y es una de las necesidades más apremiantes de la sociedad.
Es una realidad que López Obrador terminó con la política asistencial de otros gobiernos o aniquiló las instituciones públicas, en aras de una austeridad franciscana que en la práctica no consiste en ahorros, sino en desviar esos recursos precisamente a sus obras insignia y al gasto social, entre otros rubros que requieren más y más dinero como la deuda de Pemex, el pago de bonos por la cancelación del aeropuerto de Texcoco, la compra de plantas de electricidad con poca vida útil, entre otros; vamos a ver que tan dispuesto esta el pueblo bueno, a cobrarle sus errores en las próximas elecciones.
Nos leemos en la próxima; donde ya les hablaremos del triste escenario que nos espera a los rioverdenses en la sucesión de la alcaldía; todo indica que como los cangrejos, iremos en reversa.