Esteban Espinoza // Rioverde
Los productores locales han reportado un alarmante incremento del 60% en el robo hormiga en sus cultivos, lo cual atribuyen a la nula seguridad en el campo y en las comunidades rurales.
Esta falta de vigilancia en el Campo de la Zona Medía, ha obligado a los agricultores a tomar medidas preventivas para resguardar sus cosechas, ya que la ausencia de patrullaje y vigilancia en las zonas rurales vulnera sus cosechas, que representan un golpe económico a sus bolsillos.
Aunque los productores han implementado estrategias para proteger sus cultivos, la situación sigue siendo crítica. Las acciones tomadas incluyen la contratación de vigilantes y el uso de tecnología para monitorear las áreas de cultivo. Sin embargo, estas medidas no siempre son suficientes para disuadir a los ladrones.
Uno de los aspectos más lamentables de la situación es la reacción de las autoridades ante los casos de robo hormiga. Los productores han señalado que, al sorprender y detener a los ladrones, estos son liberados rápidamente por las autoridades municipales. Los policías argumentan que los robos son considerados delitos menores y justifican la liberación de los delincuentes diciendo que lo hacen por hambre.
Esta respuesta de las autoridades ha generado frustración y desánimo entre los agricultores, quienes sienten que sus esfuerzos por proteger sus cultivos son en vano. La impunidad de los ladrones fomenta la repetición de los robos y aumenta la sensación de inseguridad en las comunidades rurales; en donde han detectado, que ya hasta se han formado grupos que se dedican a esté robo, para vender el producto en el mercado, en precios mucho más bajos de lo que cuestan el producto.
Los productores locales hacen un llamado urgente a las autoridades para que tomen medidas más efectivas y proporcionen la seguridad necesaria en las zonas rurales. La protección de los cultivos no solo garantiza la estabilidad económica de los agricultores, sino también la seguridad alimentaria de las comunidades.
Es crucial que se implementen políticas y estrategias que aborden de manera integral la problemática del robo hormiga, asegurando así un entorno más seguro y justo para los productores y sus familias.
