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“Un insulto que retrata el poder: El Alcalde de la Capital del Mundo, y su intolerancia sin límites”

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EL ORÁCULO

Por Esteban Espinoza

Las sesiones de Cabildo son, en teoría, el espacio más alto de diálogo y deliberación pública en un municipio. Pero en Rioverde, ese espacio se ha convertido en un ring verbal donde el presidente municipal, Arnulfo Urbiola Román, deja salir lo peor de sí: su autoritarismo, su intolerancia y su falta absoluta de civilidad política.

La gota que derramó el vaso ocurrió en la sesión del 9 de junio de 2025, cuando el alcalde, lejos de responder con argumentos a los cuestionamientos sobre posibles desvíos de recursos en la pasada Feria Regional de Rioverde 2025, decidió atacar verbalmente al regidor Salvador López Aguilar. No fue cualquier insulto. Fue una frase cargada de desprecio que quedó registrada, sin pudor, en el acta oficial de Cabildo: “Me estás llamando mentiroso, pedazo de idiota”.

Sí, esas palabras no las inventamos. Ahí están, estampadas en el documento oficial que los regidores recibieron para firmar y en el video que se exhibió en redes sociales. Un insulto disfrazado de declaración institucional, que fue plasmado sin rubor alguno por el secretario del Ayuntamiento, Víctor Ángel Mancilla, quien cometió el error de principiante —o la obediencia del subordinado temeroso— de dejarlo por escrito.

Lo grave no solo es el insulto en sí, sino la cultura de miedo que empieza a dominar el Cabildo de Rioverde. Una cultura donde, si un regidor señala posibles irregularidades, la respuesta no es una explicación, sino la descalificación, la agresión verbal, la amenaza y la manipulación institucional.

Urbiola Román no entiende que gobernar no es imponerse a gritos, ni mucho menos intimidar a quien piensa distinto. Pero con esta conducta, lo único que ha conseguido es construir una imagen que ya se le pega como sombra: la de un presidente bravucón, intolerante, tirano, que no escucha, no diáloga y gobierna desde el enojo.

Los ciudadanos ya no lo respetan, le temen. Y ese es el peor fracaso de un político en el poder.

Rioverde no merece un gobierno que insulta, que esconde, que impone. Merece un gobierno que dé la cara, que respete la ley y que trate con dignidad a sus representantes. Lo sucedido en Cabildo son señales de alerta que no deben pasarse por alto.

Porque cuando el poder se ejerce sin límites, sin respeto y sin diálogo, la democracia local se convierte en una farsa peligrosa.

Como si el clima político no fuera ya lo suficientemente tenso, la reciente visita del gobernador del Estado, Ricardo Gallardo Cardona, a Rioverde fue la postal perfecta de una administración que empieza a descomponerse por dentro.

Eventos sin ciudadanos, sin comerciantes, sin alegría. Solo funcionarios apáticos, fotos frías y discursos huecos. Ni siquiera se dieron a conocer los montos de inversión de las obras inauguradas, como si se tratara de ocultar algo. ¿Qué esconden?

La incomodidad del gobernador era evidente. Estaba físicamente presente, pero políticamente ausente. No hubo conexión con la ciudadanía ni respaldo explícito a la administración de Urbiola. Fue una visita distante, sin calor humano, en tiempos de calor político; muy lejos de lo que apenas un par de horas había ocurrido en el municipio de San Ciro de Acosta, en donde estuvo con el Edil, Luis Carlos Pereira Govea.

Algunos pensaron que la  incomodidad del gobernador, se debió a que el evento se llevó a cabo, justo donde hace un año fueron encontrados los cuerpos de cuatro hombres ejecutados en una camioneta —pleno centro de Rioverde—, hechos de los que nadie, volvió a saber nada; ahora se inauguró una obra, que protegían en ese momento, cuatro columnas de fierro como vallas peatonales. ¿Coincidencia? O ¿Falta de sensibilidad?

Gallardo afirmó ahí mismo, a los medios de comunicación, que no habrá cambio en la estrategia de seguridad. Un mensaje frío, desconectado de la realidad y del clamor social. Pues según el Gobernador, “San Luis Potosí va muy bien en el tema de seguridad”; ¿Qué más tiene que pasar para que se tomen decisiones con seriedad?

El argumento de que la violencia que se presenta en el estado potosino es responsabilidad de la violencia que viven los Estados vecinos, no les va a dar para mucho, pues los ciudadanos no creen una palabra de ese argumento, que por cierto, es el mismo argumento que utilizó todo el tiempo la llamada por ellos como “Herencia Maldita”… Hasta la próxima

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