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Narcos huyen del asedio militar, pero buscan trato

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Ante la inminente destrucción de sus cultivos, sembradores de droga tratan de sobornar, para lo cual suelen dejar un radio para poder negociar.

El mensaje y el aparato localizado por los soldados en un ejido. (Ignacio Alzaga/Milenio)
El mensaje y el aparato localizado por los soldados en un ejido. (Ignacio Alzaga/Milenio)

ilenio
SANTA ISABEL DE BATRES, Dgo.- Emprendida la huida después de que tropas del Ejército descubrieron plantíos de amapola y marihuana en este ejido durante labores de erradicación, sembradores de enervantes realizaron un intento de soborno… a militares.

En esta entidad las organizaciones de El Chapo Guzmán y El Mayo Zambada controlan el narcotráfico a través de filiales que encabezan José Luis Cabrera Sarabia y otros sujetos apodados El Marino y El Grande, según informes de inteligencia del gobierno federal.

“¿Cuánto queren?” (sic), se escuchó —voz gruesa, de acento norteño— por el aparato de radiocomunicación que los cultivadores  dejaron activado a propósito en el campamento clandestino, inédito por su cercanía a la capital del estado —unos 120 kilómetros—,  junto a un mensaje escrito.

“Quiero hablar con usted. Prendan el radio. Cuando lo prenda hábleme, estoy en el canal 10. Si se puede arreglo y si no gracias. Si podemos tener un arreglo, usted manda”, se lee en la hoja de papel que fue hallada en una tienda de campaña utilizada por los sembradores.

Los soldados y sus mandos ni siquiera tomaron en cuenta la “petición”, la misma que han encontrado en otras acciones de erradicación, y comenzaron a arrancar manualmente las plantas de amapola y marihuana para su posterior incineración.

El general Homero Mendoza Ruiz, comandante de la Décima Zona Militar en Durango, dijo que este tipo de mensajes son una medida absurda y de desesperación ante las acciones del personal castrense orientadas a la detección y destrucción de cultivos ilícitos.

“Obviamente nosotros ni leemos estos mensajes, no les damos importancia, cumplimos nuestro trabajo con la ley en la mano y el respeto a los derechos humanos.

—Este mensaje raya en el cinismo —se le comentó

—Es ilógico, sencillamente inaceptable. Nosotros hacemos nuestro esfuerzo para llegar aquí, a las áreas donde están estos plantíos… ilógico pensar que puedan esperar que haya una respuesta, desde luego que cuando un soldado ve esto lo rechaza absolutamente —puntualizó.

Resaltó la lealtad y apego a la ley del personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en todas sus misiones, aunque recordó que solo por no destruir un cultivo de enervantes, la pena es de 25 años de prisión para un elemento del Ejército, “más 60 años por traición a la patria y lo que se acumule”.

Mercado negro

En el mercado negro, un kilogramo de goma de opio puede cotizarse entre 12 mil y 20 mil pesos; si llega a Mazatlán, Sinaloa, el precio fluctúa de 80 mil a 100 mil, y en la frontera con Estados Unidos alcanza medio millón de pesos.

En esa región se sabe que los narcotraficantes o los intermediarios que compran las cosechas de marihuana y amapola implementan un “seguro de riesgo”, pues pagan a los sembradores  80 por ciento del precio acordado, ante las altas posibilidades de que el Ejército intercepte los enervantes.

El jueves comenzaron a ser destruidos los plantíos de amapola hallados en este ejido que pertenece a Durango capital; cuatro mil metros cuadrados de amapola, así como uno de 11 mil metros cuadrados de marihuana y otro de 17 mil metros cuadrados.

El hallazgo fue sorpresivo y ocurrió durante el regreso de una aeronave que trasladó tropas a la zona alta de la entidad, pues tradicionalmente los cultivos ilícitos se encuentran en 13 municipios de la sierra, explicó el general Mendoza Ruiz.

En el lugar fue instalado un campamento donde se calcula que más de seis personas cuidaban las plantas y vigilaban la zona; se encontraron botas de hule, sandalias, un aspersor para fumigar, botellas (whisky Buchanan´s y licor de caña Rivas), cocineta, tienda de campaña y químicos.

Además del mensaje escrito, había un aparato de radiocomunicación en el que se escuchó la voz de un “negociador” que intentaba que no fueran destruidos los cultivos ilícitos. “¿Cuánto queren?”; “¿cuánto quieren para llevarlo?”; “ya es menos, la están quemando”, soltó el hombre.

Labores contra el narcotráfico

El comandante de la Décima Zona Militar señaló que en esa jurisdicción el esfuerzo se enfoca a labores contra el narcotráfico mediante operaciones de erradicación e intercepción área y terrestre con alrededor de dos  mil 500 militares, “por razones obvias de que la actividad de siembra y cultivo de enervantes es permanente”.

Unos 70 soldados llevan a cabo de manera paralela actividades de labor social para ayudar a la población más necesitada.

Está en marcha la tercera etapa de la Operación Integral Sinaloa-Durango (del 5 de octubre al 5 de noviembre), tarea para la que el titular de la Sedena, Salvador Cienfuegos, autorizó la participación de cuatro unidades tipo batallón para Durango.

“En este mando territorial hemos destruido 18 mil 417 plantíos de amapola a la fecha; mil 305 plantíos de marihuana; 60 secaderos; 38 campamentos y dos laboratorios de drogas sintéticas en el municipio de Tamazula, que colinda hacia la vertiente de Sinaloa, precisó Mendoza Ruiz.

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