El Inegi destacó que 12.6 % de las personas que realizaron un trámite ante algún servidor público fueron víctimas de un acto de corrupción.
Milenio
CIUDAD DE MÉXICO.- El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que la corrupción se convirtió en el segundo problema más preocupante para la población; la inseguridad es el primero.
Con motivo del Día Internacional contra la Corrupción, que se celebra el 9 de diciembre, dio a conocer que el año pasado 50.9 por ciento de los mexicanos mayores de 18 años externaron su inquietud por este tema, por encima del desempleo y la pobreza.
Los datos del instituto indican que la percepción de corrupción ha ido en aumento en los últimos años, pues la consulta de 2013 arrojó 48.5 por ciento.
El Inegi destacó que 12.6 por ciento de las personas que realizaron un trámite, pago o solicitud de servicio ante algún servidor público fueron víctimas de al menos un acto de corrupción en 2015, cifra que no presentó cambios significativos respecto al informe de 2013.
Las cifras señalaron que el año pasado 88.8 por ciento de los mexicanos mayores de edad percibió la corrupción como una acción frecuente o muy frecuente; no tuvo cambios importantes respecto del nivel observado en 2013, que fue de 88.3 por ciento.
Por entidad federativa, la percepción fue diversa. Por un lado, en 2015 poco más de 94 de cada 100 habitantes de la capital del país y de las ciudades grandes de Tabasco y Chiapas opinaron que los empleados de gobierno abusan de sus funciones.
Respecto del número de actos de corrupción, el Inegi resaltó que se apreciaron importantes diferencias entre las entidades federativas, pues en el Estado de México se registró la mayor tasa de incidencia, con 62 mil 16 por cada 100 mil habitantes, seguido de Sinaloa con 58 mil 232 casos y Chihuahua con 36 mil 472.
Este registro se levantó en 2015 con personas que realizaron al menos un trámite, pago o solicitud de servicio en una institución gubernamental. En ese año se registraron las mayores experiencias en el contacto con autoridades de seguridad pública, ministerio público, juzgados o para tramitar la apertura de una empresa.
Una barrera contra este mal es la falta de denuncia, pues 93.3 por ciento del total de víctimas no presentó su queja. Asimismo, los ciudadanos con mayor nivel de escolaridad son los que tienen más probabilidades de sufrir corrupción, mientras que a menor escolaridad hay menos probabilidad.
Entre los adultos con educación superior se registró poco más de 18 víctimas por cada 100 personas que cuentan con ese nivel educativo.