El gobernador Héctor Astudillo Flores cierra este año, considerado como el más violento desde 2012, repartiendo fajos de billetes a reporteros, así como dádivas y electrodomésticos a militantes del PRI.
El gobernador Héctor Astudillo, en su “convivio” con guerrerenses, en Acapulco. Foto: Twitter @HectorAstudillo
CHILPANCINGO. Gro. (apro).- El miércoles pasado, en el puerto de Acapulco, Astudillo encabezó un acto oficial flanqueado por su compadre, el exalcalde porteño vinculado con el narco, Manuel Añorve Baños, donde regaló despensas, estufas, televisores, ventiladores, equipos de audio, refrigeradores y lavadoras a decenas de priistas acarreados por líderes seccionales del tricolor de las zonas marginadas del principal destino turístico de la entidad.
La empobrecida masa abarrotó el Centro de Convenciones Acapulco para rendir culto a la personalidad del mandatario quien ordenó colocar tres lonas monumentales con su imagen plasmada y la de su esposa Mercedes Calvo al pie de un mensaje que decía: “Juntos lograremos nuestra misión de llevar felicidad a nuestra gente, con afecto Héctor y Mercedes”.
En su cuenta personal de Twitter, Astudillo calificó el reparto de dádivas como “un convivio” con habitantes de colonias de la zona rural y suburbana de Acapulco, considerada como la franja más violenta del puerto donde las personas viven bajo el régimen de las pandillas que disputan a sangre y fuego las calles de Acapulco.
Este acto gubernamental fue organizado por diputados locales y federales, así como regidores y líderes seccionales del PRI, quienes acarrearon a los pobres de Acapulco y con lista en mano llenaron el lugar.
Para la prensa, fajos de billetes
La entrega de dádivas del gobierno de Astudillo se extendió al gremio periodístico. En días pasados dueños y directores de medios de comunicación, lectores de noticias de radio y televisión, así como reporteros de medios electrónicos y prensa escrita fueron convocados a diferentes cónclaves realizados en el hotel Princess de Acapulco y la residencia oficial Casa Guerrero en Chilpancingo donde recibieron fajos de billetes “por su labor informativa” realizada durante este año.
Fuentes oficiales y reporteros beneficiados, consultados por Apro, refieren que las cantidades variaban de acuerdo al medio de comunicación que representaban los beneficiados y los sobres iban desde tres mil a 30 mil pesos.
La administración de Astudillo se ha negado de manera sistemática e ilegal, a transparentar el gasto de publicidad oficial en medios de comunicación, a pesar de que la ley indica que se trata de información pública de oficio.
La opacidad de este gobierno en el manejo de los recursos públicos destinados para este rubro y otros casos de interés público, es similar a la que han asumido sus antecesores, a pesar de que en el discurso las autoridades estatales se han comprometido a cumplir con las disposiciones legales de transparencia para evitar actos de corrupción.
Desde agosto pasado, las organizaciones civiles Artículo 19 y Fundar han advertido que existe una preocupación particular por la opacidad que existe en Guerrero y Tamaulipas, debido a que durante cuatro años las autoridades de ambas entidades no han transparentado la información sobre su gasto en publicidad en medios de comunicación.
En el informe denominado “Libertad de expresión en venta”, las ONG consideran que estos recursos públicos se distribuyen conforme a criterios políticos e intereses privados, y se convierte en el medio idóneo para controlar las líneas editoriales de los medios, una práctica definida como “censura sutil o indirecta”.