Por: Esteban Espinoza Hernández
Sin duda los políticos capitalinos ven a Rioverde, como el Senador Onésimo Sánchez veía el pueblo del Rosal del Virrey, en aquel maravilloso cuento de “Muerte constante más allá del Amor”; de Gabriel García Márquez; si, así; como un pueblito ilusorio que de noche sirve para que los delincuentes crucen, con tan sólo pagar derecho de piso; y de día los “ladrones de cuello blanco”, utilicen los recursos públicos para hacerse más ricos, para seguir llevando al retroceso a un municipio que tenía suficientes recursos para convertirse en una ciudad prometedora.
Si; Rioverde ha tenido más gobiernos capaces de torcer su destino, que de llevarlo al progreso, porque hasta su nombre quedo en una simple broma, después de que el río se convirtió en el principal basurero de la ciudad y casi desaparece a pesar de los esfuerzos del ex alcalde, Salvador Izar Nohemí de rescatarlo.
La soberbia con la que se dirige el actual gobierno, hace recordar el desprecio con el que Onésimo Sánchez, saludaba a los ciudadanos de Rosal del Virrey; los funcionarios de la administración han resultado una tragedia; y de la mayoría no se podía esperar menos; después de que en los tiempos más escandalosos del PAN como gobierno, fueron los principales protagonistas; y son esos mismos que ahora se burlan del señalamiento de la sociedad; que hacen oídos sordos y que con profunda soberbia evitan tratar temas que dejan desnuda su incapacidad, su intolerancia y su falta de humildad y de humanidad para enfrentar los problemas de un gobierno que no se oye, no se escucha y no se ve.
Sin duda los Rioverdenses siguen siendo los derrotados en cada contienda, los huérfanos de Dios en un reino de sed; exiliados en su propia tierra, teniendo que soportar un gobierno que grita sus miserables logros en los medios, como el arranque de rehabilitaciones de agua de tres pesos, que las cobran por millones de pesos; campañas menores y acciones mediocres, cada lunes durante los honores a la bandera; pero ya lo dicen por ahí… la culpa no es del indio, si no del que lo hace compadre.
Por eso, el gobernador del Estado y las diversas dependencias, parecen haberse olvidado de Rioverde y sus ciudadanos, y enfocan la mayor parte de los apoyos al vecino municipio de Ciudad Fernández; pues al gobierno de Rioverde poco le importa porque ya preparan la sucesión y hasta la reelección.
Los que siguen del “chongo” son los priístas que esta semana eligieron a su dirigente municipal del PRI, el abogado, ex consejero del CEEPAC, y ex secretario del Ayuntamiento de los gobiernos priístas, Pedro Morales Sifuentes; nadie duda de la capacidad del abogado en su terreno, el de las leyes; pero como político y como priísta, no hay antecedentes que permitan confiar en que realizará un buen trabajo, aquí si cabe eso de que chango viejo, no aprende maroma nueva.
De la Secretaria, Alejandra Torres Reséndiz, se sabe que es hija del Cenopista, Javier Torres; es joven, sin experiencia, pero esperemos que tenga la capacidad de atraer a los jóvenes rioverdenses.
Sin duda, en Rioverde PRI-PAN a terminado por ser lo mismo, esto deberán de aprovecharlo otras corrientes políticas y ofertar algo mejor que el continuar con lo mismo o regresar a los mismos gobiernos corruptos, que han terminado por superar el hartazgo de los ciudadanos.
Hasta la próxima. No se desinforme.
