Su situación es tal que, apenas en febrero pasado, la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) alertó por el hacinamiento en el lugar y el riesgo de 39 menores de 3 años que están ahí con sus mamás y requieren atención especial.
De acuerdo con la CEDH, en el Topo Chico, que es el único penal del estado que alberga mujeres, hay 428 internas y 2 mil 734 reos que viven sin estar separados según su peligrosidad y con déficit de custodios.
“El riesgo está latente de que en cualquier momento pueda haber una situación de conflicto”, advirtió Sofía Velasco, presidenta del organismo, el 14 de febrero.
Incluso, aunque el Gobernador Jaime Rodríguez aseguró hace unos días que los penales están bajo control, el viernes reconoció los problemas de hacinamiento, infraestructura y déficit de custodios.
Bajo estas condiciones, los derechos de los niños que viven ahí sólo existen en papel, en la Ley Nacional de Ejecución Penal, donde el Artículo 36 marca que los pequeños pueden permanecer con su madre hasta los 3 años y que se deberá garantizar el interés superior de la niñez.
Además, la ley refiere que los menores recibirán educación inicial, tendrán actividades recreativas y lúdicas, y atención médica.
Sin embargo, familiares de reclusas coincidieron en que nada de eso existe.
“(La situación) es bien difícil en todos los aspectos”, dijo Rodolfo Prado, tío de Luz Elena, una interna que tiene una hija de siete meses.
“Si de repente la niña se le llega a enfermar”, añadió, “se siente impotente porque requiere la atención inmediata”.
Nancy Guevara, madre de Mayra, otra reclusa, contó que tuvo que sacar del penal a su nieto Sergio, hoy de 4 años, porque el niño tenía sarna.
El pediatra Ismael Piedra explicó que es recomendable que un bebé esté con su mamá porque ella es el principal estímulo, pero señaló que las condiciones del penal pueden poner en riesgo su salud y nutrición.
“Donde hay muchas personas juntas”, puntualizó el especialista del Hospital San José, “puedes tener epidemia de sarna, de varicela, de influenza, de piojos, gripas, infecciones gastrointestinales.
“Son situaciones comunes derivadas de la agrupación de muchas personas en un espacio cerrado”.
En el Topo Chico, si un niño se enferma, las internas deben hablarle a algún familiar para que vaya a recogerlo.
Las reclusas duermen con los pequeños en sus camas, el único espacio que tienen.