· Reconocer a los donantes por la valentía de su decisión y a sus familiares por respaldar y respetar ese deseo de hacer el bien a un desconocido, el propósito de la conmemoración.
· Los involucrados en el proceso de donación y trasplante son también reconocidos, pues sin ellos no podría concretarse la donación.
La Directora del Centro Estatal de Trasplantes, la doctora Thaydeé Grissell Monsiváis Santoyo relató que hace apenas unas décadas la ciencia médica hizo posible el manejo y control de enfermedades con la sustitución de órganos y tejidos: “Es muy reciente la terapéutica del trasplante, en la década de los sesentas morir significaba el fin, el fracaso terapéutico, el dolor para los familiares, y la terminación del acto médico, ahora con la donación de órganos y tejidos es la sociedad la que da respuesta a la necesidad de pacientes que sobreviven a la espera del trasplante”.
“Actualmente el acto médico no finaliza con la determinación de muerte, sino que se continúa con el mantenimiento del cadáver hasta la procuración de los órganos y tejidos viables. Con el avance en el conocimiento médico y quirúrgico, el trasplante de donante cadavérico es la opción más viable, pues no existe riesgo quirúrgico y de un solo donante se benefician varios receptores”, puntualizó la Directora del Centro Estatal de Trasplantes (CETRA).
Al referirse a la humanización de este programa Monsiváis Santoyo explicó que: “para la familia que pierde a uno de sus miembros, queda el consuelo de saber que otras personas vivirán gracias a la donación. El trasplante es una opción de trascender a nuestra muerte, porque de esta manera podremos ayudar a que otras familias sigan unidas”. Enfatizó.
“La importancia de conmemorar el día 27 de febrero como el Día Mundial del Trasplante es con objetivo de reconocer también a los donantes por su valentía de su decisión, a sus familiares por respaldar y respetar ese deseo de hacer el bien a un desconocido y a los involucrados en el proceso de una donación y de un trasplante”, detalló.
Al explicar pormenores en la historia de los trasplantes, la doctora Thaydeé Grissell Monsiváis Santoyo, narró que: “el primer trasplante fue atribuido a San Cosme y San Damián, según la tradición oral. Ellos fueron mártires cristianos y patronos de la profesión médica y farmacéutica. Según los relatos lograron trasplantar a un enfermo la pierna procedente del cadáver de un etíope muerto pocas horas antes”.
“Y el 23 de diciembre de 1954, se produjo uno de los hitos más importantes en la historia de los trasplantes. El Dr. Joseph E. Murray y su equipo del hospital Peter Bent Brigham de Boston lograron trasplantar exitosamente un riñón de un individuo a otro. La clave para que no se produjera el rechazo fue que se trataba de Ronald y Richard Herrick, dos hermanos gemelos. Esa coincidencia permitió que no se presentara el rechazo del trasplante. El Dr. Murray recibió por ello el Premio Nobel de Medicina en 1990”, platicó.
Además citó que el Dr. Murray mencionaba lo siguiente: “Cualquier forma de tratamiento médico supone una ponderación entre el bien pretendido y los efectos potencialmente adversos para el donante sano, sin embargo, no hay beneficio físico”; Sin embargo “hoy sabemos que el donante vivo también recibe un beneficio, ya que al saber que su condición ha cambiado éste mejora sus hábitos alimenticios y de cuidados en general, haciendo así que tenga una vida más sana y de mejor calidad.”, concluyó.