Las medidas de distanciamiento social y los exhortos para que los mexicanos se queden en casa no han generado una disminución en los crímenes violentos, informó el viernes el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Se tenía la esperanza de que las estrategias implementadas a finales de marzo para contener la propagación del COVID-19 ocasionarían una reducción importante en la criminalidad, pero el mandatario indicó que eso no se ha reflejado en los números.
López Obrador dijo que la tasa obstinadamente elevada de homicidios se debe a la “confrontación de bandas. Se siguen disputando plazas, enfrentando entre ellos”.
La Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular pronosticó que los secuestros de camiones de carga en las carreteras podrían de hecho incrementarse hasta 50% durante la pandemia, en parte debido a la escasez de algunos bienes.
Aunque dichos secuestros han disminuido en los últimos meses, los grupos delictivos suelen orquestar robos a mano armada de tráileres completos con el fin de vender la mercancía en los mercados callejeros, los cuales abundan en todo México.
“Tememos que en los próximos meses, cuando la economía del país baje de nivel, se incremente la demanda de productos básicos a bajo precio como alimentos procesados, medicamentos, de higiene personal, calzado y ropa”, afirmó Víctor Manuel Presichi, presidente de la ANERPV, “y justo ahí, el ‘mercado negro’ se dinamiza para vender robado o apócrifo”.
Ya ha habido algunos saqueos, en los que ladrones se meten a tiendas en grandes grupos y se llevan televisiones y otros artículos.
En algunas partes de México, como el estado sureño de Guerrero, la policía ha sido emplazada frente a tiendas y el gobierno ha amenazado con fincar cargos penales como el de asociación delictuosa contra los saqueadores, con sentencias de cárcel de hasta 16 años.
Alejandro Desfassiaux, experto en temas de seguridad y presidente fundador del Consejo Nacional de Seguridad Privada, que representa a las firmas de ese rubro en el país, también pronosticó que las cosas van a empeorar al írsele acabando el dinero a la gente.
“La emergencia sanitaria corre el riesgo de convertirse en una social. Veremos aumento de saqueos generalizados por electrodomésticos, joyas y efectivo en la fase 3, que se caracteriza por abundantes contagios comunitarios”, pronosticó, “pero lo más grave vendrá en la fase 4, donde presenciaremos una transmisión sostenida de la enfermedad aunada a la falta de dinero en los bolsillos de los ciudadanos, cuando comenzarán desafortunadamente los saqueos de productos de primera necesidad como alimentos y medicinas”.
Hasta la tarde del viernes, 50 personas habían muerto en México de COVID-19 y más de 1.500 han dado positivo por el coronavirus.