Los homicidios y el Covid-19 hicieron que el Panteón Municipal 13, que fue planeado para llenarse en siete años, haya sido rebasado a los tres.
Los sepultureros cavan 3 mil fosas porque así como llegan los cuerpos se ocupan los hoyos. Mientras trabajan a toda velocidad, el virus lo hace con la misma rapidez, ya que ha resultado más letal en este municipio fronterizo que en estados enteros del país.