El mercado más grande de Oaxaca y sustento de 150 familias terminó convertido en cenizas
Oaxaca de Juárez, Oax.
– Oficialmente, el fuego fue sofocado a la 1:35 de la madrugada, pero entre los escombros de lo que fueron comercios y sustento de 150 familias el humo sigue saliendo persistente. Son las ocho de la mañana y el sol entra por donde alguna vez estuvo un techo hoy colapsado. Adentro, casi en el corazón de la Central de Abasto de esta ciudad, las personas se abrazan y lloran porque un incendio devoró en unas horas el esfuerzo acumulado de años de trabajo.
La zona de artesanías, huaraches y ropa tradicional de este mercado, el más grande del estado, es un nudo de pasillos y pasadizos por momentos diminutos. Fue aquí donde la noche del miércoles una chispa de origen desconocido se convirtió en lenguas de fuego que mantuvieron en vela a toda la ciudad y transformaron el comercio del lugar en un coro de sollozos y reclamos.
Primero fueron los propios locatarios quienes, desesperados, comenzaron a combatir el hambre de la lumbre, que devoró lo mismo canastos de palma y carrizo que ropa y huaraches de piel. Pero su fuerza no bastó y tuvieron que llegar 500 pares de brazos para apaciguar toda esa hambre. Se trataba de los integrantes del Heroico Cuerpo de Bomberos de la ciudad, y de elementos de corporaciones de las policías estatal y municipal. Pronto, el fuego demostró que su fuerza no mermaría tan fácilmente, por lo que se necesitó de los refuerzos de cinco municipios para contenerlo.
En realidad pocos saben qué y cómo paso. Los hay quienes reclaman que el apoyo nunca llegó y que sólo ellos se enfrentaron con las lenguas que danzaban y ardían. “La policía no nos ayudó para nada, ni las luces prendieron, nos dejaron a oscuras. Si esto fue provocado, no sabemos”, dice con impotencia otra de comerciante que rasca entre las cenizas y los escombros endurecidos.
Han pasado varias horas desde el inicio del incendio que, de acuerdo con algunas versiones, pudo haber surgido de una chispa minúscula producto de trabajos de soldadura que se realizaban en uno de los locales.
En realidad nada está dicho, pero de lo que están seguros el ayuntamiento de Oaxaca de Juárez y el edil Oswaldo García Jarquín es de que fue la pirotecnia, escondida y que se vende ilegalmente en el mercado, la que desató aún más el hambre de la lumbre y la que sumó a que este jueves se iluminara la noche una llamarada que se observaba desde varios puntos de la ciudad.