SLP. – El Fiscal General del Estado de San Luis Potosí (FGESLP), Federico Garza Herrera, alertó a la población para que no se deje sorprender por los extorsionadores telefónicos y cuelguen al recibir una llamada de este tipo, donde los amenazan con hacerle daño a su familia si no los obedecen, lo cual es totalmente falso.
Manifestó que es un problema que le preocupa a la institución y que se ha registrado en diferentes municipios; él último del que tiene conocimiento ocurrió en Santa María del Río, donde extorsionaron a una mujer haciéndola salir de su domicilio, apagar su celular y trasladarse a la ciudad capital, mientras los delincuentes pedían dinero a sus familiares, asegurándoles que la tenían secuestrada.En ese caso y luego de su reporte, intervino la Policía Investigadora, la cual localizó a la mujer, quien le explicaron la situación y la reunieron nuevamente con su familia.
Lo primero que le exigen es que salga de inmediato de su domicilio porque la están vigilando; que no le avise a nadie, que apague su celular y compre otro aparato para estar en comunicación con ella. Después le ordenan que se esconda en un mercado, en una plaza pública, clínica o que se traslade a un municipio cercano y se hospede en determinado hotel.
En este caso, Garza Herrera pide a los familiares de las víctimas que tampoco se dejen intimidar y que guarden la calma y acudan a denunciar a los extorsionadores, que no realicen ningún depósito, para que la autoridad investigadora inicie la búsqueda de la persona.
“Es importante señalarle a la gente que no se deje engañar a través de este tipo de llamadas, que cuelguen y que de inmediato informen a sus familiares de lo que está pasando, nosotros como autoridad no podemos ser omisos y por ello estamos alertando a la población”, concluyó el Fiscal General del Estado.
Al tener atemorizada a la víctima, los delincuentes comienzan a llamar a sus familiares para exigirles el depósito de cierta cantidad de dinero para liberarla, quienes simplemente obedecen al desconocer sobre el paradero de la persona presuntamente secuestrada.Explicó que el modus operandi es llamar y amedrentar a la víctima tras el anonimato, asegurándole que pertenece a un grupo de la delincuencia organizada y que matará a su familia si no obedece sus órdenes