El periodista Jesús Lemus habló en entrevista para Infobae México sobre el profundo retrato que hace de Genaro García Luna, en su libro “El licenciado”, y los personajes que estuvieron involucrados con él
Combatir y acabar con la corrupción, una de las promesas –y advertencias– principales que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha hecho, desde antes de asumir el puesto. Y una de las medidas para lograrlo ha sido limpiar el sistema de raíz.
Específicamente, el mandatario se ha concentrado en localizar a funcionarios que de alguna manera hayan estado ligados al exsecretario de Seguridad Pública que ahora es juzgado en Estados Unidos por nexos con el narcotráfico: Genaro García Luna. Y el encargado de esta misión depurativa es quien ahora ostenta ese mismo cargo, el sonorense Alfonso Durazo Montaño.
El actual secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana anunció apenas en agosto pasado que cuatro funcionarios fueron separados de su cargo por estar vinculados al encargado de seguridad durante el sexenio de Felipe Calderón.
“Los riesgos de la permanencia de ese personal serían altos porque hay que recordar que, en la cultura política de nuestro país, las relaciones personales se convierten en relaciones políticas y con frecuencia en complicidades, eso es lo que queremos evitar”, enfatizó. “No podemos ser ingenuos en este tema y sabemos que la red de complicidades se va tejiendo cuando las carreras profesionales crecen de manera paralela, en este caso a García Luna”.
Sin embargo, más de uno señala al propio Alfonso Durazo como una de las personas relacionadas con García Luna, desde antes del calderonato incluso.
Por ejemplo, el periodista Jesús Lemus, quien recientemente publicó “El licenciado”, un libro en el que desnuda hasta las entrañas a Genaro García, retrato en el que inevitablemente menciona a varios personajes que actualmente ocupan cargos públicos, así como en la iniciativa privada.
“Tuvo mucho que ver (Durazo) en la relación de García Luna con el Cártel de Sinaloa, porque Durazo es de aquella región (noroeste mexicano) y tiene una presencia muy amplia en algunos grupos delincuenciales de aquella zona y también participó, al menos de manera discrecional, en la fuga del ‘Chapo’ Guzmán de la cárcel de Puente Grande, en 2001″, aseguró Lemus a Infobae México.
Precisamente, es en ese asunto que Lemus menciona a Durazo en un fragmento de “El licenciado”.
(…) “La fuga de ‘El Chapo’ del penal de Puente Grande fue negociada y definida —a finales de 2000— con Genaro García, ya coordinador general de la AFI, y Rafael Macedo de la Concha, titular de la PGR”. En esta versión es difícil suponer que los principales actores del gabinete de seguridad, como Santiago Creel Miranda, secretario de Gobernación, Alejandro Gertz Manero, secretario de Seguridad Pública, y Alfonso Durazo Montaño, jefe de la Oficina de la Presidencia, no hubieran conocido el plan de la fuga o al menos no hubieran sido engañados para que se implementara.
Entonces, en su diálogo con este medio, el periodista advirtió que la famosa transformación no ha llegado a la cofradía del gobierno nacional, “cambian a los titulares de las principales dependencias, pero nunca se llega a las direcciones, subdirecciones, jefes de departamento o jefes de área (…) solo los de arriba cambian, pero los de abajo siguen siendo los mismos y son los que mantienen el verdadero control operacional del aparato”.
Lemus está completamente seguro de los nexos de Durazo con García Luna, y con las grandes figuras del crimen organizado. Tan es así que señala al secretario de Seguridad Pública de López Obrador como el conducto de diálogo entre el presidente y el narcotráfico.
“El gobierno federal se mantiene sin duda alguna en diálogo con el narcotráfico, de eso no hay duda. El mejor conducto para dialogar (…) que sin duda alguna es necesario, es justamente Alfonso Durazo”, afirmó el escritor.
Todo lo que Jesús Lemus relata –tanto en su libro como en esta entrevista– lo dicebasado en un mar de pruebas y testimonios que reunió para su investigación. Sus fuentes van desde miembros del crimen organizado, algunos actualmente activos, hasta agentes y exagentes de organizaciones nacionales cercanos a García Luna, así como de la DEA y el FBI.
“Sí hay diálogos, sobre todo con el Cártel de Sinaloa y el Cártel de Jalisco Nueva Generación, para tratar de asentar”, continuó Lemus, dejando claro que gracias a sus fuentes “sé que hay negociación con el gobierno federal para que no se involucre a la sociedad en los actos de violencia y que (los narcotraficantes) sigan haciendo su trasiego de drogas como tengan que hacerlo hacia los mercados y destinos internacionales que tengan que hacerse. Esa es la postura para los próximos años, frente al narcotráfico”.
El precio
Lamentablemente, revelar nombres relacionados con García Luna, se volvió un riesgo para Jesús Lemus, “apenas se anunció que saldría el libro de ‘El Licenciado’, empezaron a llegarme amenazas y mensajes intimidatorios”, señaló, agregando que por ese motivo fue acogido por el mecanismo de protección a periodistas.
“Sí me ha representado una amenaza porque muchos de los funcionarios que menciono en el libro, que estuvieron coludidos con García Luna, siguen actualmente en funciones en la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, o dentro de los mandos operacionales del Ejército o de la Marina o de la Secretaría de Gobernación (Segob)”.