Piden fortalecer programas preventivos que reduzcan la muerte por esta causa
El especialista en cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI, Carlos Alberto Guízar Sánchez, destacó en un comunicado del Instituto Politécnico Nacional que “la cifra prácticamente se triplicó de 29 mil a casi 90 mil defunciones por esa causa”.
Agregó que aun cuando en países de primer mundo este padecimiento tiene todavía un alto índice de mortalidad, se han logrado disminuir las cifras gracias a sus programas de salud y de desarrollo tecnológico.
Al dictar la conferencia magistral Cardiopatía Isquémica en México, en el marco del XXI Congreso Estudiantil de Farmacología, que se llevó a cabo en la Escuela Superior de Medicina (ESM) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), dijo que de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística, la tasa de mortalidad por cardiopatía isquémica va en aumento desde hace dos décadas.
Dijo que para disminuir dichas cifras es necesario realizar estudios epidemiológicos, establecer factores de riesgo y tener estadísticas reales, lo que se hace a através del Resica y, a partir de allí, establecer programas de prevención y políticas de tratamiento más eficaces.
Comentó que México debe enfocarse a lograr resultados a largo plazo, pues reducir las cifras no es tarea sencilla, ya que las naciones que lo han logrado tardaron por lo menos 25 años.
Destacó que esos países desarrollan estrictos programas de seguimiento para controlar factores de riesgo como hipertensión, obesidad, tabaquismo, dislipidemias y sedentarismo, que incluyen guías de práctica clínica para vigilar con más eficacia dichas enfermedades.
Otro aspecto relevante en el que se debe trabajar es en reducir los tiempos en la atención de los síndromes isquémicos agudos, ya sea con trombólisis o con angioplastia primaria para incrementar la sobrevida, expresó.
Enfatizó que con el propósito de que el paciente tenga más sobrevida, un infarto se debe atender antes de dos horas, ya que el tiempo es determinante para reducir el área de necrosis.
Según cifras del Renasica, los mexicanos se infartan en promedio a los 60 años, independientemente del síndrome coronario, del total, 80 por ciento son hombres, de ellos, 50 por ciento padece hipertensión, entre 45 y 46 por ciento son diabéticos, 50 por ciento tiene antecedentes de tabaquismo y entre 30 y 40 por ciento padece dislipidemia.
Abundo que después de un infarto la calidad de vida de los pacientes depende mucho de los tratamientos que se le den, pero lo más importante son los cuidados posteriores en torno a la alimentación y actividad física indicada por el médico.