Pese a que en 2013 fue descartada por la PGR una investigación directa en su contra, en las primeras indagatorias que en 2012 se hicieron en el caso Yarrington, un testigo colaborador del caso Yarrington involucró a Eugenio Hernández, exgobernador de Tamaulipas, con presuntas redes de prestanombres.
Según consta dentro de la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDC5/240/2012, iniciada contra Tomás Yarrington, el testigo identificado como Pitufo declaró que, al igual que su predecesor, Tomás Yarrington, durante la administración de Hernández se permitió en territorio tamaulipeco el libre paso de los cárteles de la droga.
“En esa época se apoyaba a los Zetas a través de la policía, quienes colaboraban con la organización siendo omisos en sus funciones, es decir, no molestaban las tienditas de ventas de droga, ni detenían las caravanas de autos de los miembros de la organización, no realizaban operativos en los bares que controlaba la organización, así como los funcionarios del municipio expedían los permisos para la venta de alcohol sin muchos requisitos”, señaló.
Incluso, refirió que, a meses que asumió Eugenio Hernández como gobernador, puso como secretario a José Ives Soberón, quien a su decir fue recomendado por el crimen organizado para ocupar el puesto de secretario de Seguridad Pública Estatal.
Pitufo detalló que también en el nombramiento del director de los penales de Tamaulipas, Horacio Sepúlveda, “intervinieron los Zetas para que fuera designado” en mayo de 2005. Dicho funcionario fue destituido cinco años después, a dos semanas de que finalizara la administración de Hernández, por la fuga de 141 reos del penal de Nuevo Laredo.