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Celebración del Día de la Virgen de Guadalupe es un llamado a la Reconciliación y la Fe Profunda.

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Esteban Espinoza / Rioverde SLP

Este 12 de diciembre, como cada año, la comunidad católica de Ríoverde celebra con fervor y devoción el Día de la Virgen de Guadalupe, una festividad que no solo es importante para los mexicanos, sino para todo el mundo. En este marco, el Párroco de la Parroquia de Santa Catarina de Alejandría, José Javier Pacheco Torres, compartió reflexiones sobre el profundo significado de la celebración, destacando su relevancia tanto en el ámbito espiritual como en el social.

Con motivo del 493 aniversario de las apariciones de la Virgen de Guadalupe en el Tepeyac, el Párroco recordó cómo, hace más de cuatro siglos, la Virgen llegó con un mensaje de reconciliación entre las diferentes culturas que coexistían en el México colonial. Según Pacheco Torres, la Virgen se presentó como madre, con palabras llenas de ternura y compasión, buscando sanar las heridas de una época marcada por la complejidad del encuentro entre las culturas indígena y europea.

“El mensaje de la Virgen en aquel entonces sigue siendo válido hoy”, señaló el sacerdote. “A pesar de los años que han pasado, su invitación a la reconciliación sigue presente. Hoy, más que nunca, necesitamos reconstruir el tejido social, no solo a través de grandes gestos, sino también mediante pequeños actos de bondad y compromiso diario.”

El párroco destacó la importancia de la unidad en tiempos de dificultad, mencionando que la Virgen de Guadalupe, como una madre amorosa, invita a todos los fieles a encontrar la paz, no solo en momentos de celebración, sino todos los días del año. “No se trata de ser guadalupano solo un día, sino de llevar esa fe y ese amor en el corazón todos los días”, enfatizó.

En su reflexión, Pacheco Torres también abordó las dificultades sociales y familiares actuales, señalando que la falta de compromiso en la reconstrucción de valores fundamentales ha contribuido a la desunión. “A veces, por omisión, dejamos de hacer lo que nuestros padres nos enseñaron, y eso afecta el bienestar colectivo. Todos somos responsables, incluso cuando no cometemos faltas graves”, expresó el sacerdote.

Finalmente, hizo un llamado a la comunidad a vivir la fe de manera práctica, no solo en las grandes festividades, sino en el día a día, invitando a todos a reflexionar y recuperar el sentido de unidad y amor en familia, en sociedad y con Dios.

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