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Condena AMLO a agencia Notimex

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APRO

Mi nombre es Rodolfo Rivera Vázquez, soy mexicano, tengo 77 años y trabajé como corresponsal en Venezuela de la Agencia de Noticias del Estado Mexicano, Notimex, durante 19 años consecutivos, entre 1999 y 2018.

Tengo la enfermedad de parkinson y mi expectativa de vida es muy corta, pero eso no es lo importante. Lo que busco es que el presidente Andrés Manuel López Obrador deje de ignorar el cúmulo de irregularidades que tienen en la ruina periodística a Notimex.

Al igual que todos los corresponsales de Notimex en el extranjero, mi relación con la agencia es de carácter laboral, de subordinación jerárquica a mis superiores. Pero por un asunto normativo atribuible a la Secretaría de Hacienda nuestros salarios se contabilizaban como honorarios.
Todo se esfumó

Durante 19 años Notimex me pagó por mi trabajo un salario mensual y cada año recibía mi aguinaldo y otras prestaciones contempladas en la Ley Federal del Trabajo de México, la cual regula la relación de los corresponsales internacionales con la agencia.

De manera sorpresiva, en diciembre de 2018, el primer mes de gobierno del presidente López Obrador, Notimex redujo unilateralmente nuestros salarios y a partir de enero de 2019 dejó de pagarnos.

Lo que ocurrió en los hechos es que, en los albores de la administración de López Obrador, la agencia Notimex puso fin a la relación laboral con sus corresponsales en el extranjero de manera unilateral e ilegal pues en ningún momento procedió de acuerdo con la Ley Federal del Trabajo. Bajo las directrices de la directora general designada por López Obrador, Sanjuana Martínez, la agencia simplemente nos dejó botados en el extranjero.

Esta situación fue doblemente desconcertante. Primero, por la violación a los derechos laborales. Segundo, porque uno no espera que ello ocurra cuando llega al poder un político como López Obrador, que ha enarbolado las banderas de la rectitud, el apego a la legalidad y la justicia social durante toda su carrera pública.

En mi caso, tengo una esposa venezolana, radico desde hace muchos años en Caracas y vivimos en un departamento de la familia de mi esposa con una hermana de ella. Pero muchos otros compañeros corresponsales de Notimex, algunos hasta con 35 años de antigüedad, quedaron virtualmente “tirados” con sus familias en varios países.

No es que apele a la solidaridad humana, ni siquiera al “humanismo” que frecuentemente invoca el presidente López Obrador. Simplemente apelo a que el jefe del Estado mexicano haga respetar la ley. También a que su gobierno y las diferentes instituciones del Estado (el Congreso, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la Secretaría de Gobernación, la Coordinación General de Comunicación Social de la Presidencia, el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano) intervengan para buscar una solución a un problema que la actual administración de la Agencia de Noticias del Estado Mexicano ha dejado crecer de manera innecesaria.

Estoy hablando de un diálogo no únicamente con los corresponsales internacionales de Notimex. También, con las decenas de trabajadores y extrabajadores de la agencia cuyos derechos laborales han sido violentados.

Los corresponsales internacionales iniciamos un litigio laboral contra Notimex que, sin duda, vamos a ganar. Nuestra relación de trabajo con la agencia está plenamente acreditada.

Pero a mí no me alcanza la vida para esperar al desenlace de un litigio que puede durar muchos años. Sé que tengo los días contados. En 2012 me diagnosticaron parkinson, una enfermedad degenerativa y crónica que afecta el sistema nervioso central, causa temblores, rigidez muscular y termina por afectar la vida entera.

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