La calidad y sabor de la miel mexicana conquista los mercados internacionales de América y el mundo, por lo que en 2017 se lograron producir 50 mil 955 toneladas de este endulzante natural, lo que beneficia, principalmente a pequeños productores y mujeres emprendedoras en zonas rurales de país.
Por lo anterior, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) implementa programas y acciones que fomentan la actividad apícola en el país, con el fin de recuperar el volumen histórico promedio de producción.
Según el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), los meses de mayor producción de miel en 2017 fueron noviembre y diciembre, con nueve mil 477 y ocho mil 48 toneladas, respectivamente.
Aunque nuestro país exporta miel a Estados Unidos y Japón, Alemania se mantiene como el destino tradicional del alimento y se coloca como el primer comprador de miel mexicana con 15.3 por ciento.
De esta forma, y con la finalidad de garantizar a los consumidores que la miel que se produce en México cumple con altos estándares de inocuidad, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) lleva a cabo un programa de monitoreo permanente de residuos tóxicos y contaminantes.
El organismo de la SAGARPA trabaja de la mano con los productores para preservar la inocuidad de la miel que se comercializa dentro y fuera del país.
A través del Programa de Monitoreo de Residuos Tóxicos y Contaminantes a Bienes de Origen Animal, Acuícola y Pesquero, el personal del SENASICA comprueba que la miel producida en México no tiene contaminantes físicos, químicos o microbiológicos que pudieran afectar su calidad de exportación.
Los verificadores sanitarios del SENASICA recolectan muestras de manera aleatoria en las unidades de producción de miel orgánica o convencional de todo el país y las canalizan al Centro Nacional de Servicios de Constatación en Salud Animal (CENAPA) para su análisis.
Este Centro realiza los estudios con base a los lineamientos establecidos en las regulaciones internacionales, el Codex Alimentarius y la Unión Europea, en referencia a los Límites Máximos de Residuos para asegurar la inocuidad y calidad del producto.
En los laboratorios del CENAPA, los especialistas realizan análisis de la miel en los que detectan las moléculas a nivel ínfimo y más sensible para, posteriormente, emitir sus resultados de calidad, basados en las metodologías analíticas de los organismos internacionales antes referidos.
Con la finalidad de ofrecer cada vez mayores garantías a los consumidores nacionales y extranjeros de que los productos mexicanos son sanos y libres de contaminantes, el SENASICA actualiza constantemente las normas y programas de inocuidad agroalimentaria.