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Contra la violencia ; Niñas también marcharon  

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CIUDAD DE MÉXICO .- Este domingo por la tarde además de calurosa es seca, pero a Laura María eso no la agobia y pide a su madre atar más fuerte el pañuelo que trae sobre su rostro. Con sólo nueve años dice venir a marchar con el motivo de exigir “no más asesinatos de niñas”, frase que lleva escrita en un pedazo de cartón.

Tan pronto como las filas empiezan a avanzar, Laura María levanta muy alto su cartel y trata de seguir las consignas. “Después de ver lo de Fátima en la tele y en internet, se comenzó a espantar. Le dije que: ‘marchar le iba a quitar ese miedo’”, cuenta Dafne Sofía, joven de 18 años y hermana de Laura.

Ambas llevan escasos metros recorridos de los 3.2 kilómetros que abarca la ruta de la protesta, que va del Monumento de la Revolución al Zócalo capitalino. Esta manifestación ocurre en el marco del Día Internacional de la Mujer conmemorado cada 8 de marzo desde 1975.

A unos pasos de las hermanas, Guadalupe de ocho años sonríe mientras agita una bandera morada y se sostiene del pantalón de su madre. Para Lupita las consignas —le explicaron— son canciones que unen a las mujeres para buscar libertad. Es su primera marcha, pero confirma que vendrá a las siguientes.

“Quiero aprenderme lo que gritan y ponerme brillos en los ojos”, comenta la menor al señalar a un grupo de jóvenes que bailan al ritmo de la canción “Un violador en mi camino” envueltas en glitter rosa.

Dos símbolos de la lucha feminista que se produjeron tras los casos donde elementos de la policía abusaron sexualmente de mujeres.

“Venimos para apoyar a las mujeres, también apoyamos a la mamá de Fátima”, explica Melissa. Ella no va en la misma escuela, ni la conoció, pero por las noticias se enteró que vivían en la misma alcaldía y decidieron ir a dejar donaciones a la casa de la menor.

El feminicidio de Fátima de siete años hizo resurgir la furia feminista y el apoyo de la sociedad hacia la familia. “Las niñas no se tocan, no se matan. El mejor ejemplo que le podemos dar a nuestras hijas es marchar y alzar la voz”, dice convencida Roxana, madre de Rosa y Perla.

Cada cartel que porta una niña es una declaración de sus palabras. Los hay de distintos tamaños, algunos crudos, humorísticos, ingeniosos, hechos sólo con plumones o glitter o acompañados con fotos o dibujos.

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