Esteban Espinoza / San Luis Potos
La pobreza laboral afecta a uno de cada tres mexicanos, de acuerdo con cifras recientes que advierten una situación crítica para más de 44 millones de personas que no pueden adquirir lo más básico con lo que ganan.
Esta problemática ha crecido de forma dispar en las regiones del país, y San Luis Potosí no está exento: aquí, la desigualdad también se refleja en el género, con 13 mujeres más que hombres en condición de pobreza laboral por cada 100 varones.
El deterioro económico se ha visto influido por la desaceleración de sectores clave, particularmente el automotriz, que forma parte de las cadenas de suministro internacionales afectadas por decisiones comerciales en Estados Unidos. Este freno ha tenido consecuencias directas en estados del Bajío como Guanajuato, Hidalgo y San Luis Potosí, donde el porcentaje de personas en pobreza laboral supera el 34%.
Pese a que San Luis Potosí había logrado reducir sus niveles en años anteriores, las cifras del primer trimestre de este año muestran un repunte preocupante, lo que rompe con la tendencia positiva de años recientes.
En contraste, entidades del sur del país como Oaxaca, Chiapas y Guerrero enfrentan una situación aún más crítica, con más de la mitad de su población sin ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas.
Expertos advierten que frenar la pobreza laboral requiere fortalecer sectores estratégicos como la manufactura, en especial en el Bajío, una región con vocación industrial. Estos empleos no solo ofrecen mejores salarios, sino también prestaciones como seguridad social, vacaciones y aguinaldo, que podrían ayudar a revertir la tendencia.
Además, se subraya la necesidad de generar un entorno de mayor certeza jurídica y combatir delitos como la extorsión, que frenan tanto la llegada de inversiones como el crecimiento de negocios locales.
