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Desastre en los campos: Incendios forestales arrasan con huertas de naranja en El Refugio, Ciudad Fernández

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Esteban Espinoza / Ciudad Fernández, S.L.P.

 Los incendios forestales que azotaron la región han dejado un saldo devastador en el Ejido El Refugio, donde el productor Noel Martínez ha perdido entre seis y siete hectáreas de huertas de naranja. La tragedia golpeó de manera rápida e implacable, dejando a su paso la destrucción de miles de árboles y severas afectaciones económicas para los agricultores de la zona.

“Nos avisaron los vecinos cuando el fuego ya estaba encima. En menos de una hora, las llamas habían consumido todo”, relató Noel Martínez, quien junto a su familia intentó contener el fuego sin éxito debido a los fuertes vientos. “Era una marea de fuego. Brincó caminos, avanzó con las ráfagas de viento y las chispas lo esparcían sin control”, agregó el productor.

La huerta, propiedad de su padre Gabriel Martínez, contaba con aproximadamente 5,000 árboles de naranja, de los cuales una parte podría recuperarse, pero la mayoría se ha perdido. “El calor del incendio cocinó las plantas, aunque no todas fueron alcanzadas por las llamas”, explicó Noel. En cuanto a la pérdida en producto, se estiman al menos tres toneladas de naranja, representando un fuerte golpe para la economía familiar.

Además de la vegetación, el incendio arrasó con infraestructura esencial para la producción agrícola, incluyendo mangueras de riego, microsistemas de aspersión y tuberías. Con el desastre apenas en sus primeras horas, Noel Martínez y su familia trabajan incansablemente para reponer lo perdido, contando con solo cinco trabajadores para las labores de recuperación. “Aunque nos ayuden o no, tenemos que reponer todo. Hay que revivir las matas”, sentenció.

Sobre el apoyo de las autoridades, Martínez indicó que hasta el momento no han recibido ayuda directa, pero están gestionando algún tipo de respaldo. “Nosotros somos los que estamos buscando la manera de conseguir material para reparar el daño, pero es complicado”, expresó.

Este no es el primer incendio que afecta a la región. Hace dos años, un siniestro similar ocurrió, aunque con menor impacto debido a la falta de viento, lo que permitió a los propios agricultores sofocar las llamas. “Esta vez fue imposible, los vientos remolineaban el fuego y lo dispersaban por todas partes”, relató Martínez.

El fuego también amenazó otras zonas del ejido y a comunidades cercanas como La Reformita, donde pobladores intentaron contener el avance del incendio. A pesar del esfuerzo de bomberos y habitantes, las llamas continuaron hasta consumir hectáreas de campo y vegetación.

A medida que los agricultores tratan de reponerse de la tragedia, la incertidumbre crece. “Ya se iba a cosechar, pero esperábamos mejores precios para vender. Ahora no hay nada”, concluyó Noel Martínez.

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