La deuda del país aumentó de 6.3 a 9.3 billones de pesos entre 2012 y mayo de 2016, lo cual repercute en la debilidad de la economía.
Luis Moreno/Milenio
CIUDAD DE MÉXICO.- El despilfarro, el desvío de recursos y la duplicidad de programas han llevado a México a elevar 50 por ciento su deuda en la actual administración federal, lo cual repercute en la debilidad de la economía, afirmó Luis Foncerrada Pascal, director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).
Al presentar la ponencia “Estabilidad macroeconómica, riesgos previsibles” ante empresarios, explicó que la deuda del país aumentó de 6.3 a 9.3 billones de pesos entre 2012 y mayo de 2016.
“Es una deuda que creció extraordinariamente y nosotros esperaríamos que se reduzca un poco el resto del año. El desvío de fondos, el despilfarro en algunos programas y en algunos subsidios no tienen un efecto real en la economía”, subrayó.
Esa deuda se entiende como el saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público, mismo que está integrado por la deuda externa, valores en poder de extranjeros, mediante Cetes y bonos, así como deuda de estados y municipios, y también los requerimientos financieros internos.
El director del Ceesp indicó que el incremento en la deuda no ha sido para generar inversión productiva, puesto que la del gobierno se redujo de 3.7 por ciento del producto interno bruto (PIB) en diciembre del año pasado a 3 por ciento en el primer cuatrimestre de 2016.
Alertó que con esos bajos niveles de inversión pública no tienen un efecto positivo en la economía, y prueba de ello es que el decrecimiento de esta variable, en 2015, influyó en el desempeño de la economía en -0.1 por ciento.
El economista indicó que ante esa situación es necesario seguir reduciendo el gasto público, para que a su vez los requerimientos financieros también se contraigan, al evitar que se afecte más algunas de las variables, lo cual debe hacerse en un margen de entre 200 y 300 mil millones de pesos para 2017.
Ahorro más eficiencias
Puntualizó que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ha hecho observaciones de programas y subsidios regresivos donde hay muchos renglones en los cuales se puede ahorrar, reducir gastos e incrementar las eficiencias.
“La Lotería Nacional está en déficit, habrá que ver qué hacer con ella. Capufe deberá mejorar y hacer un mejor uso de los recursos… Y qué decir de la Sedesol, en que Prospera debe ser revisado”, subrayó.
Foncerrada Pascal reconoció que la reforma fiscal ha sido una “excelente fuente de recursos” para el gobierno, puesto que cuando se implementó proyectaba captar alrededor de 1 por ciento del producto interno bruto, no obstante, llegó a niveles de 2.5 por ciento en 2015.
“Es una buena noticia, que los ingresos del gobierno vayan a la alza, siempre y cuando el gasto sea el correcto”, puntualizó. Dijo que no bastará solo con recortar al gasto corriente para reducir la deuda, sino que se tienen que tener reducciones en todas las áreas, y reestructurar y eficientar el uso del dinero público.
Señaló que en pláticas con el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, a través del Consejo Coordinador Empresarial, es evidente que las autoridades hacendarias tienen muy claro que se tienen que reducir los niveles actuales de deuda.
Cabe recordar que una de las frases que más ha utilizado el gobierno federal es que se opta por los recortes antes que financiarse por medio de emisión de deuda.
El director del Ceesp dijo que el gobierno federal tiene dos años y medio para reducir la deuda, atender la balanza de pagos y en especial preservar el poder adquisitivo de las personas, que también está en riesgo con la volatilidad del tipo de cambio.
Explicó que el país lleva siete años continuos con reducción de gasto en infraestructura, lo cual ha impedido crecer y crear empleos, situación que no se veía en muchos años.
El directivo del Ceesp dijo que la incongruencia del aumento en el gasto público, que no se refleja en inversión productiva e infraestructura, está llevando a elevar la pobreza y desigualdad, según el coeficiente Gini, donde en México se pasó de 0.50 a 0.60 puntos (donde 0 es una mayor riqueza y 1 pobreza).
Agregó que de acuerdo con el Foro Económico Mundial (WEF), México ocupa el sitio 125 en desvío de recursos y 98 en despilfarro, de 194 naciones evaluadas.