por Esteban Espinoza
En este espacio, hemos analizado de manera constante la intersección entre la popularidad del Presidente López Obrador y el papel que desempeñará la doctora Claudia Sheinbaum en la próxima contienda electoral. Sin embargo, también hemos señalado la creciente tentación de asumir el liderazgo sin depender completamente de la figura presidencial.
Recientemente, se ha destacado un tema central en la discusión pública: el aparente aumento significativo en las importaciones de granos y oleaginosas, especialmente maíz, un grano fundamental en la dieta nacional. Diversos análisis han sugerido que la capacidad de la candidata de Morena para gobernar se verá desafiada sin el respaldo directo del carisma y la popularidad del Presidente.
El Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, liderado por Juan Carlos Anaya, ha revelado que México importó cifras récord de granos y oleaginosas en los primeros 11 meses del año pasado, sumando 37.4 millones de toneladas métricas. El aumento más destacado se encuentra en las importaciones de maíz, que se espera que alcancen un récord de 21 millones de toneladas métricas en 2024.
El subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria, Víctor Suárez Carrera, ha negado estas afirmaciones, asegurando que México es autosuficiente en maíz blanco y que las importaciones disminuirán. Sin embargo, la controversia destaca la pregunta subyacente: ¿el enfoque agropecuario del gobierno, centrado en los productores de menores ingresos, está logrando sus objetivos?
En medio de estas discusiones, la economía mexicana cerró 2023 con cifras alentadoras. Se proyecta que el crecimiento económico alcance el 3.6%, gracias en parte a la inversión generada por el nearshoring. Sin embargo, los analistas predicen que el crecimiento en 2024 podría oscilar entre el 2.3% y el 2.8%, dependiendo de las inversiones futuras.
La inversión pública y el aumento del consumo también han contribuido al panorama económico positivo. Sin embargo, la incertidumbre en torno a las inversiones previstas para este año y la presión inflacionaria persistente podrían influir en la trayectoria económica futura.
Además, la volatilidad en las estimaciones del tipo de cambio peso-dólar refleja la incertidumbre asociada con el contexto electoral en México y Estados Unidos. La posibilidad de un retorno de Donald Trump y sus políticas antimexicanas añade un elemento de riesgo a la estabilidad cambiaria.
A medida que nos adentramos en 2024, la economía mexicana enfrenta retos y oportunidades. La capacidad del próximo gobierno para abordar la estabilidad fiscal, facilitar las inversiones y gestionar la incertidumbre política será crucial. Las decisiones y políticas implementadas determinarán la dirección del crecimiento económico y la resiliencia frente a los desafíos externos. hasta la próxima .