El periodista Salvador García Soto destacó que la tragedia sucede a un mes de las elecciones, las más grandes en la historia de México, y en donde hay mucho en juego para AMLO y su proyecto político
La tragedia ocurrida en la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, es la mayor crisis política y social que ha enfrentado el presidente Andrés Manuel López Obrador y su llamado gobierno de la Cuarta Transformación.
De acuerdo con el periodista Salvador García Soto, el accidente desató una crisis, que si no es bien manejada, podría generar un voto de castigo para el partido Morena en la próxima jornada electoral, señaló en la columna que escribe en El Universal.
“Esta es sin duda la crisis más grave que hayamos enfrentado; nos impacta directamente al centro político y electoral y si no hay una respuesta adecuada, sus efectos pueden ser devastadores y podríamos sufrir una reacción adversa en las urnas”, le aseguró al periodista, uno de los políticos más encumbrados de la llamada Cuarta Transformación.
Y es que el desplome de la trabe que provocó la caída de dos vagones de la Línea 12 del Metro, es el accidente más grave en los 52 años de la historia del Sistema de Transporte Colectivo de la capital del país, lo que golpea por todos lados al gobierno de López Obrador.
“Primero, porque ocurre justo en el corazón y principal bastión político del lopezobradorismo que es la Ciudad de México; segundo porque ocurre en una de las zonas más populares y pobres de la capital; tercero porque afecta, con muertes, heridos, dolor y angustia a la población más vulnerable que utiliza el Metro y que son la base más importante de votantes y seguidores del presidente. Y cuarto porque esa trabe colapsada también cayó sobre los dos aspirantes más importantes a la sucesión de 2024 y los dos más cercanos a López Obrador: Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, además de alcanzar también al dirigente nacional del partido Morena, Mario Delgado, por su papel como financiero de la Línea 12 cuando trabajó en el gobierno capitalino con Ebrard”, enfatizó el periodista.
Salvador García Soto recalcó que el daño que ese accidente puede causar a la 4T aún es incuantificable y depende mucho de la rapidez y efectividad con que actúe el gobierno de la CDMX, al que el presidente le cedió todo el manejo de la crisis bajo la consigna de que confía y respalda lo que haga la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
“De entrada, uno de los efectos colaterales del derrumbe mortal es que también exhibe al proyecto lopezobradorista y sus prioridades en materia de infraestructura: porque en vez de invertir en un proyecto urgente de revisión, reparación, mantenimiento y modernización de la infraestructura del sistema de trenes naranja que mueve a más de 5 millones de trabajadores diariamente, el presidente prefiere gastar 156 mil millones de pesos en un Tren Maya que cuestionado por especialistas y comunidades, tanto en su impacto ambiental al dañar selvas como en los beneficios reales que traerá al turismo y transporte en los 5 estados que atraviesa. Uno beneficiará solamente a turistas y ocasionalmente lo utilizarán como medio de transporte algunas comunidades del sureste; el otro mueve a la clase trabajadora, a los estudiantes, a las amas de casa de bajos recursos, a ese pueblo que tanto dice defender y representar la 4T”, enfatizó.
El otro tema -destacó el columnista- “es si la ‘austeridad republicana’ del Presidente ha sido bien entendida y aplicada, o si en nombre del “ahorro de recursos y presupuesto” que tanto pregona y presume el Presidente, no terminaron cometiéndose excesos y se tomaron decisiones equivocadas que están costando demasiado a los mexicanos, incluidas vidas humanas en casos como el de niños con cáncer que no tienen medicamentos ni tratamientos en hospitales públicos, como en recorte a programas de mantenimiento al transporte masivo más utilizado en el país, que en menos de 1 año ha vivido incendios, choques de trenes, inundaciones y ahora derrumbes de puentes y caída de trenes con pasajeros”, recalcó.
El periodista enfatizó que no hay manera que López Obrador culpe al “neoliberalismo y sus excesos” de lo que sucedió en la Línea 12 del Metro, ya que “él y su grupo político llevan ya casi 30 años gobernando la Ciudad de México y han sido los responsables directos no sólo de la construcción y operación de esa línea colapsada, que desde su origen recibió cuestionamientos, investigaciones y auditorías por señalamientos de corrupción, errores y deficiencias en su diseño y en los materiales y tipos de trenes comprados; sino de la operación y mantenimiento de todo el Sistema de Transporte Colectivo, el más grande que existe en el país, que heredaron directamente de los gobiernos priistas”.
Todo lo que se ha hecho o se ha dejado de hacer en las 12 líneas del Metro pasa por los gobernantes y personajes de ese grupo que nació en el PRD y ahora se aglutina en Morena: desde Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Robles, Alejandro Encinas, Marcelo Ebrard y por supuesto López Obrador, apuntó García Soto.
“Tal vez eso explique la irritabilidad y la casi nula sensibilidad con que el Presidente ha enfrentado esta tragedia en la que, mientras familias, madres y abuelas buscaban a sus hijos, hermanos y familiares accidentados entre hospitales, agencias del MP y depósitos de cadáveres, sin recibir información ni un trato digno de las autoridades capitalinas, el Presidente hablaba durante casi dos horas de ‘estampillas conmemorativas’ y de otros asuntos intrascendentes que además eran escuchados con atención, desde sus sillas, por el mismo canciller Marcelo Ebrard, a quien apuntaban responsabilidades y por la misma Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, que permanecía esas dos horas sentada en Palacio escuchando las largas y lentas alocuciones del Presidente mientras la ciudad capital vivía una de sus crisis más duras y dolorosas”, escribió el comunicador.
“Hoy, el accidente trágico del Metro de la CDMX, por causas que tienen más que ver con errores de construcción, corrupción en la compra de materiales y descuidos en la revisión y falta de mantenimiento, sucede a un mes exacto de las mayores votaciones en la historia de México, donde hay mucho en juego para López Obrador y su proyecto político, y sus efectos aún son imprevisibles, sobre todo por la forma soberbia y egocéntrica en que está actuando el Presidente”, finalizó.