Esteban Espinoza / El Refugio, Ciudad Fernández, SLP
En plena temporada de cosecha, productores del Ejido El Refugio, del municipio de Ciudad Fernández trabajan a contracorriente para mantener activa la producción agrícola en la región. Esta semana se llevó a cabo el corte de sandía en una de las parcelas de Don Santiago Hernández Robles, productor de larga trayectoria en el municipio. Su hijo, Ernesto Hernández, es quien coordina actualmente el proceso de producción.
La cosecha de este ciclo incluye la variedad 8.40 Scarlett , una sandía híbrida tipo Allsweet, reconocida por su gran tamaño, su resistencia y su buen rendimiento. Cada fruto alcanza entre 12 y 13 kilos, con una pulpa roja intensa y de excelente sabor, lo que la hace ideal para su comercialización dentro y fuera del estado.
La fruta se les pagó a 6 pesos por kilo de sandía cosechada , mientras que en el mercado el precio final para el consumidor oscila entre 12 y 15 pesos por kilo . Esta diferencia refleja una de las principales preocupaciones de los productores: el bajo margen de ganancia frente al alto costo de producción.
“Semilla, fertilizante, agua, mano de obra, maquinaria… producir cuesta mucho. A veces apenas sacamos para cubrir los gastos”, compartió Ernesto Hernández.
A pesar de ello, los productores mantienen la esperanza de que el campo vuelva a ser una fuente sólida de ingresos y empleo. “Mientras haya producción, hay trabajo para más familias. Eso es lo que nos anima a seguir”, comentó.
La sandía 8.40 Scarlett se ha adaptado bien a las condiciones climáticas de la región, y su resistencia permite mejores resultados en ciclos complicados. Con una madurez promedio de 86 días y un cuajado de hasta 2.5 frutos por planta, representa una opción viable para quienes aún apuestan por trabajar la tierra.
El reto sigue siendo lograr que el campo sea rentable. “Tenemos fe en que la situación mejore. El campo puede y debe ser parte del crecimiento económico del estado”, consideró Ernesto Hernández.
Los campesinos que participan en la cosecha, muestra gran alegría y satisfacción por su trabajo, reconocen los esfuerzos de los productores, no solo por hacer producir la tierra con productos de buena calidad, sino también lo que para ellos representa, ya que gracias a esos esfuerzos, ellos obtienen un ingreso que cubre las necesidades más apremiantes de sus familias.



