Seúl.- El triunfo de «Parásitos» de Bong Joon-ho en los Oscar, con cuatro premios incluido el de Mejor Película, supone un antes y un después para el cine coreano pero no es un fenómeno aislado sino la culminación de una cinematografía que en las últimas décadas apuesta por el riesgo y la crítica social.
La llamada ‘nueva ola de cine coreano’ se inició en la década de los 90 tras la llegada de la democracia a Corea del Sur y empezó a alcanzar notoriedad a partir del 2000 con la complicidad del gobierno y de los festivales internacionales para dar a conocer el talento artístico, según explica Gloria Fernández, experta en cine coreano y fundadora de Cine Asia.
«Con la democracia se produce una auténtica explosión y empiezan a surgir nuevas voces que sienten que por fin pueden hablar sin tapujos y en libertad», afirma Fernández.