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El mundo paralelo en el que viven los jornaleros agrícolas

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Según el Inegi, 24.6 % no reciben ingresos por su trabajo, y 29.4 % percibe hasta un salario mínimo diario.

Los indicadores de pobreza y desigualdad para quienes viven en el sector rural sólo son peores en las comunidades y pueblos indígenas. (mexicampo.com.mx)
Los indicadores de pobreza y desigualdad para quienes viven en el sector rural sólo son peores en las comunidades y pueblos indígenas. (mexicampo.com.mx)

Agencias
CIUDAD DE MÉXICO.- Las personas que laboran en el sector agropecuario son quienes menores salarios perciben; al mismo tiempo, son quienes tienen acceso a menos servicios públicos, y también quienes habitan en las viviendas con mayores rezagos sociales.

Los indicadores de pobreza y desigualdad para quienes viven en el sector rural sólo son peores en las comunidades y pueblos indígenas, lo cual permite poner en su justa dimensión la deuda que también existe respecto de quienes ahí viven y trabajan.

Enormes carencias

El próximo viernes 15 de julio, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dará a conocer los resultados del Módulo de Condiciones Socioeconómicas, de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto en los Hogares (Enigh), con base en los cuales el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social deberá dar a conocer, a finales del mes, los resultados de la medición multidimensional de la pobreza.

Ante las cifras que se conocerán en los próximos días, es importante poner en contexto que en 2014, el Coneval estimó en 61.1 por ciento la proporción de personas que habitan en localidades rurales, que viven en condiciones de pobreza; al respecto es importante decir también que el avance en este sector es mínimo, pues en 2010 el indicador se ubicó en 64.9 por ciento, y en 2012 en 61.6 por ciento, es decir, entre 2010 y 2014 el promedio fue de una reducción anual de .9 puntos porcentuales, por lo que, al ritmo que se tiene en los últimos cuatro años, tardaríamos más de 50 años en abatir la pobreza en las regiones menos urbanizadas del país.


En números absolutos, lo anterior implica que la cifra no se ha reducido en cuatro años, pues en 2010 fue de 17.2 millones de personas en pobreza; en 2012 fue de 16.7 millones, mientras que en 2014 se ubicó nuevamente en 17 millones; es decir, la reducción total es de 200 mil personas pobres menos en cuatro años, o un promedio anual de 50 mil, cuando, frente a los Objetivos del Desarrollo Sostenible, la meta comprometida por el país implicaría una reducción anual de al menos un millón 133 mil 333 personas liberadas de la pobreza.

Adicionalmente, el Coneval documentó también que 31.5 por ciento de las personas que habitan en el mundo rural viven en rezago educativo, es decir, un total de 8.8 millones que no han concluido los estudios de educación básica; asimismo, había en 2014 80 por ciento de la población rural, es decir, 22.2 millones, que carecían de seguridad social; más 4.8 millones que carecían de acceso a servicios de salud.

Por si fuera poco, de manera paradójica, 32.1 por ciento de quienes viven en el campo mexicano vivían en 2014 en vulnerabilidad por carencia de acceso a la alimentación, lo que implica una suma de 8.9 millones de personas que no tienen lo suficiente para allegarse alimentos en cantidad, calidad y con la oportunidad necesaria para ver garantizados sus derechos a la alimentación y la seguridad alimentaria.

¿Cuántos son?

De acuerdo con el Inegi, a través de los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en el campo mexicano había, al cierre del primer trimestre de 2016, un total de seis millones 427 mil 384 personas mayores de 15 años ocupadas como trabajadores del sector primario, es decir, en actividades agrícolas, ganaderas o pesqueras.

De esa suma, había un millón  584 mil 550 que se encontraban empleados, pero sin remuneración económica; es decir, 24.6 por ciento del total de quienes laboran en ese sector, lo cual permite ratificar que se trata de un mundo laboral “paralelo”, pues resulta increíble que una cuarta parte de quienes están empleados en ese sector no reciban ingresos por las actividades que desarrollan, y que en la mayoría de los casos son adolescentes y mujeres.

Adicionalmente, hay un millón 879 mil 385 que perciben “hasta un salario mínimo”, es decir, 29.4 por ciento. Esto significa que en el sector rural mexicano, 54 por ciento de quienes ahí laboran o no reciben ingresos o ganan menos de 73.04 pesos diarios, de acuerdo con el monto autorizado por la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos a partir del 1º de enero de 2016.

De acuerdo con el boletín del Inegi, fechado el 11 de mayo de 2016, hay 11 entidades que concentran a 82 por ciento de los trabajadores rurales del país. Éstas son: Veracruz, con 12.1 por ciento del total nacional; Chiapas, con 11.9 por ciento; Puebla, con 11.1 por ciento; Oaxaca con 9.1 por ciento, Guerrero, con 7.4 por ciento; Michoacán, con 7.1 por ciento; Estado de México, con 5.9 por ciento; Jalisco, con 3.6 por ciento; San Luis Potosí y Guanajuato, con 3.1 por ciento, respectivamente; Hidalgo, con 2.6 por ciento; Sinaloa, con 2.3 por ciento, y el resto de las entidades concentra únicamente 18 por ciento del total de los trabajadores rurales del país.

Debe destacarse que no puede ser asumido como producto del azar que las cinco entidades con mayor proporción de pobres en el país se encuentren también entre las entidades que concentran a las mayores cantidades de personas ocupadas en el sector rural.

(Con información de excelsior.com.mx)

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