Dentro de las actividades de la Semana Estatal de la Lactancia Materna, la Secretaría de Salud aconseja que en las etapas importantes como la del embarazo y la lactancia materna, se debe incrementar la energía y el consumo de nutrientes, para ello se requiere un mayor consumo de alimentos que permitan mantener la salud materna, el crecimiento y desarrollo adecuados del bebe, para concluir estos períodos de manera satisfactoria.
Las recomendaciones que emite la dependencia de salud se base en que la población que está embarazada o se encuentre amamantando a su bebe, debe comer sólo una cantidad adecuada de calorías, esto no es “comer por dos”, por lo que deberá acercarse con el nutriólogo para que te indique la dieta adecuada a tus necesidades.
Es importante que consuman alimentos ricos en hierro cómo: calabacitas, acelgas, espinacas, verdolagas, quelites, tomatillo, hongos. Leguminosas, arándanos, pasas, cacahuates y nueces, así como carnes rojas bajas en grada, huevo, hígado, moronga y mariscos.
Combina los anteriores con alimentos que contengan vitamina C, por ejemplo: pimiento rojo, coliflor, brócoli, tomatillo, habas verdes, guayaba, zapote negro, mango, kiwi, papaya, fresa, toronja, tejocote y melón, con ellos mejorarás la absorción de hierro.
Incluir es la alimentación diaria leche, yogurt, queso, tortillas de maíz, pescados, sardinas y charales para cubrir las necesidades de calcio.
El ácido fólico también es necesario en esta etapa, por lo que debes comer alimentos que lo contengan cómo: espinaca, lechuga, espárragos, betabel, acelga, alcachofas, chícharo, aguacate, col, elote y plátano. Tu médico podrá recomendar además algún complemento de hierro, ácido fólico y otros nutrientes que considere necesarios.
Prefiere los alimentos ricos en fibra como: verduras y frutas crudas y con cáscara, nopales, tortillas de maíz, salvado, panes integrales, avena y leguminosas. Y Bebe como mínimo dos litros de agua natural y evita las bebidas azucaradas. Así como también debes eliminar el café, té y refrescos ya que interfieren con la absorción de hierro y otros nutrientes.
Durante el embarazo y la lactancia se puede realizar actividad física leve a moderada como ejercicios de calistenia, movilidad articular, ejercicios de flexibilidad y caminata, sobre todo en aquellas mujeres acostumbradas a la actividad física. Se debe evitar realizar actividad física, ejercicio o deporte intenso y que pueda suponer un riesgo para la madre o el feto como levantar peso, jugar futbol, voleibol, etc.
Cabe destacar que siempre se debe consultar con el ginecólogo la cantidad e intensidad de la actividad física según las características del embarazo (alto riesgo y sin riesgo), para mejorar la calidad de vida tanto de la mama como la del bebe.