De los 1.1 millones de mujeres de 15 años y más que hay en el estado, 66.3% (736 mil), ha enfrentado violencia de cualquier tipo y de cualquier agresor, alguna vez en su vida
Hace 36 años que se celebró en la ciudad de Bogotá, Colombia, el Primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe, en el que participaron feministas de México, República Dominicana, Puerto Rico, Panamá, Venezuela, Ecuador, Perú, Chile y Colombia con el objetivo de intercambiar experiencias y analizar la situación de las mujeres de la región. En dicho encuentro se propuso organizar actos en toda América Latina contra la violencia que sufren las mujeres y declarar el 25 de noviembre el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, en memoria de las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, asesinadas en 1960 durante la dictadura de Rafael Trujillo, en República Dominicana.
A la postre, el 17 de diciembre de 1999 la Organización de las Naciones Unidas en su Resolución A/RES/54/134, declara el 25 de noviembre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, mediante la cual insta a los gobiernos, organismos, órganos, fondos y programas del sistema de las Naciones Unidas, y a otras organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales, a que organicen ese día actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública respecto del problema de la violencia contra la mujer y que consideren que “…por violencia contra la mujer se entiende, todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”.
Asimismo, se señala que la violencia contra las mujeres no es un problema de índole personal o privado, sino social y que “…constituye una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a la dominación de la mujer y a la discriminación en su contra por parte del hombre e impedido el adelanto pleno de la mujer”
A poco de cumplirse 18años de esa histórica e importante resolución, el INEGI continúa contribuyendo y se suma a esta importante jornada –como lo ha hecho desde hace más de una década– con la finalidad de contribuir a que las instituciones encargadas de las políticas públicas cuenten con información que les permita diseñar y definir acciones para prevenir, atender y eliminar la violencia contra las mujeres y para promover que la población en general cuente con la información estadística sobre la situación de la violencia que enfrentan las mujeres en nuestro país.
LAMEDICIÓN DE LA VIOLENCIA
Desde principios del siglo XXI se han hecho grandes esfuerzos en el país para producir información que permita conocer qué tan extendido está el problema de la violencia que se ejerce en contra de las mujeres, por ello diversas instituciones públicas han efectuado encuestas a nivel nacional, entre ellas el INEGI, quien ha coordinado y realizado cuatro encuestas con el apoyo del Inmujeres y de otras instituciones nacionales e internacionales. En los meses de octubre y noviembre de 2016, el INEGI llevó a cabo la cuarta Encuesta Nacional sobre violencia contra las mujeres, cuyos resultados se encuentran disponibles en la página de internet de este instituto.
Actualmente se reconoce que la fuente por excelencia para dar cuenta de la situación general de la violencia contra las mujeres son las encuestas, porque éstas permiten tener el panorama prevaleciente en todo el país y de cada una de las entidades federativas, sobre la proporción de mujeres que han vivido situaciones de violencia, así como sobre las características de la misma, su gravedad, las formas y tipos de violencia ejercidos en contra de las mujeres y las niñas, entre algunos de los tópicos que aborda.
Además de las encuestas existen otras fuentes de información de gran utilidad como los Registros Administrativos de Salud, de Procuración de Justicia y de los Tribunales de Justicia, que son una fuente muy valiosa y fundamental y aportan información referida a las situaciones de violencia que las mujeres reportan o denuncian ante las autoridades o bien cuando acuden a los servicios de salud para ser atendidas por las lesiones causadas por la violencia de la que son objeto
En 2016 residían en el estado de Coahuila de Zaragoza 1 108 968 mujeres de 15 años y más, de las cuales 12.0% tenía entre 15 y 19 años y 28.1% se ubica en las edades de 50 y más años. La mayoría de estas mujeres fue a la escuela alguna vez en su vida a estudiar (97.2%), situación que cambia con la edad, siendo las mujeres de 60 años y más quienes menos acudieron a la escuela. Si bien en las décadas más recientes la cobertura educativa y el acceso a la educación ha mejorado, en los últimos 12 meses, el 16.8% de las niñas que tienen entre 15 y 17 años no asistieron a la escuela y de las mujeres de entre 18 y 19 años que alguna vez en su vida asistieron, 38.0% no estudiaba en los 12 meses anteriores.
Del total de las mujeres de 15 años y más, el 95.0% de ellas mantiene o mantuvo una relación de pareja, ya sea por unión o matrimonio (61.7% están actualmente casadas o unidas y 17.3% actualmente están separadas, divorciadas o viudas de su última relación con quien estuvieron casadas o unidas), o bien de pareja o noviazgo sin cohabitar (16.0%); y solo 5.0% no ha tenido ninguna relación de pareja.
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ALGUNOS RESULTADOS SOBRE LA SITUACIÓN DE LA VIOLENCIA EN MÉXICO 2016
Los resultados de la última encuesta levantada por el INEGI a finales de 2016, permiten determinar la prevalencia de la violencia entre las mujeresde 15 años y más. A partir de esta información se observa que la violencia contra las mujeres es un problema de gran dimensión y una práctica social extendida en todo el país, puesto que 66de cada 100 mujeres de 15 años y más, residentes en el país, ha experimentado al menos un acto de violencia de cualquier tipo, ya sea emocional, física, sexual, económica, patrimonial odiscriminación laboral, misma que ha sido ejercida por diferentes agresores, sea la pareja, el esposo o novio, algún familiar, compañero de escuela o del trabajo, alguna autoridad escolar o laboral o bien por , amigos, vecinoso personas conocidas o extrañas.
La violencia total de cualquier agresor (66.3%en la entidad) se refiere a la proporción de todas las mujeres de 15 años y más, que hayan declarado al menos un acto de violencia de pareja, de cualquier agresor, incluida la pareja, discriminación en el trabajo en el último año y discriminación por embarazo en los últimos 5 años. La violencia de pareja considera a todas las mujeres de 15 años y más que tienen o hayan tenido al menos una pareja a lo largo de sus vidas.
La discriminación en el trabajo por razones de embarazo considera a todas las mujeres de 15 años y más que hayan trabajado en el periodo de octubre de 2011 a octubre de 2016 y la discriminación en el trabajo incluye a todas las mujeres de 15 años y más que trabajaron como asalariadas (empleadas, obreras o jornaleras) durante los 12 meses anteriores a la encuesta.
De acuerdo con la información reciente, levantada por el INEGI a finales de 2016, revela que la violencia contra las mujeres está extendida en todo el país, 30.7 millones de mujeres ha sido sujeta a actos violentos y discriminatorios alguna vez a lo largo de su vida. A nivel estatal 736 mil mujeres presentan esta característica.
Los datos revelan que no se trata de actos aislados sino de un patrón general ya que, en todas las entidades federativas, más de la mitad de las mujeres ha experimentado agresiones de tipo emocional, sexual, físico o económico.
Asimismo, en el estado 516 mil mujeres (46.5%), señaló que al menos una de estas agresiones ocurrió en los 12 meses anteriores a la entrevista, es decir entre octubre de 2015 y octubre de 2016. Así, 254 mil mujeres fueron sometidas a algún tipo de intimidación, hostigamiento, acoso o abuso sexual, que van desde señalamientos obscenos, que las hayan seguido en la calle para intimidarlas sexualmente, que les hayan hecho propuestas de tipo sexual o bien que directamente las hayan manoseado sin su consentimiento o hasta que las hayan violado.
La información indica que el 42.2% de las mujeres en el estado que tienen o tuvieron al menos una relación de pareja –ya sea de cohabitación por medio del matrimonio o la unión de hecho, o bien alguna relación de pareja o noviazgo sin vivir juntos– ha enfrentado agresiones del esposo o pareja actual o la última a lo largo de su relación.
Por otra parte, la mitad de las mujeres (55.0%) sufrió violencia por parte de algún agresor distinto a la pareja, ya sea en el trabajo, la escuela, algún lugar público, ya sea por compañeros de la escuela o del trabajo, maestros, autoridades o patrones, familiares, conocidos, o extraños en diferentes espacios.
En el período más reciente –entre octubre de 2015 y octubre de 2016–47 de cada 100 mujeres fue víctima de algún acto violento, principalmente de tipo emocional, sexual y discriminación en sus centros de trabajo. En el caso de la violencia emocional el perpetrador es principalmente la pareja o ex-pareja última, mientras que la violencia sexual ha sido ejercida por diversos agresores distintos a la pareja.
Las mujeres que se encuentran más expuestas a la violencia de la pareja o de cualquier otro agresor son las mujeres jóvenes y de edades medias entre 20 y 39 años, ya que más del 70.0% de mujeres en esas edades ha enfrentado al menos un episodio de violencia o abuso. Es particularmente relevante la violencia sexual que han enfrentado las mujeres jóvenes entre 18 y 24 años, en estos grupos, la mitad de ellas ha sido agredida sexualmente. Asimismo las niñas de 15 a 17 años presentan niveles altos de violencia sexual, emocional y física, quienes a su corta edad ya han sido víctimas de abusos de diversa índole.
Múltiples violencias, diversos agresores
Para acercarnos a una comprensión más amplia de las diversas agresiones a las que han estado y están sometidas las mujeres, es necesario revisar los diversos ámbitos por los que indaga la encuesta. Para ello se agruparon en tres grandes categorías: violencia de pareja, de otros agresores (violencia en la escuela, trabajo, comunitaria, familia) y discriminación en el trabajo. Ello nos permite señalar que, si bien en general 66 de cada 100 mujeres fue víctima, al menos una vez, de cualquier tipo de abusos, incluyendo la discriminación, al combinar las dimensiones que lo integran, se aprecia que el 33.1% de ellas ha recibido agresiones o bien solo de la pareja (11 de cada 100), o bien solo de otro agresor (18 de cada 100), o una menor proporción (3.7%) solo fue discriminada en el trabajo. El restante 33.4% ha sido agredida por distintos agresores, incluyendo a su pareja o ex-pareja.
Es decir, del total de mujeres con violencia al menos una vez en su vida en cualquier ámbito (66.3), el 49.8% solo fue agredida por un tipo de agresor; mientras que el restante 50.2% por diferentes tipos de agresores.
En el periodo reciente, de los 12 meses anteriores a la encuesta, una de cada cinco mujeres con violencia, lo fue por la pareja y por algún otro agresor.
Ello muestra que las mujeres están sometidas a agresiones múltiples, que se ejercen por muy diversos agresores, desde los más cercanos hasta por extraños o ajenos a su espacio y relaciones cercanas.
La persistencia de los roles de género y su impacto en la dinámica de pareja y en la violencia contra las mujeres
Las uniones o matrimonios tempranos y las causas de la unión
Entre algunos de los factores que tienen impacto en la vida y en las relaciones de pareja y sobre su dinámica, se ubican la edad a la que se casaron o unieron por primera vez, así como el número de uniones o matrimonios.
Es relevante señalar que una proporción importante de las mujeres se casan o unen a edades tempranas, lo que tiene un impacto relevante en sus vidas y en la dinámica de las relaciones con sus parejas, por un lado limita su desarrollo y constituye un obstáculo para su autonomía, pero particularmente señala, de manera preponderante, la falta de oportunidades y opciones que tienen las mujeres para continuar su formación así como la persistencia de los patrones de género, que continúan confinando a las mujeres a la “casa” como finalidad, para desempeñar los papeles de esposa-madre-cuidadora
En promedio 29.6% de las mujeres de 15 años y más en el estado se casó o unió por primera vez antes de los 18 años, y antes de cumplir 20 años, la mitad ya estaba cohabitando con una pareja.
Antes de cumplir 25 años, el 82.9% ya estaba casada o unida por primera vez.
Si bien la mayoría lo hizo por su propia voluntad (85.1%), el 1.8% de las mujeres se unió a su actual esposo o pareja porque fue obligada a hacerlo ya sea porque se embarazó, se la robaron o bien porque se arregló su unión a cambio de dinero o bienes. Esta proporción asciende a 3.8% entre quienes se casaron antes de los 18 años, y aunado a ello, 9.2% de este mismo grupo decidió casarse o unirse porque se embarazó.
Dos o más uniones
Otro elemento a tener en cuenta son el número de uniones o matrimonios que tienen las mujeres en su historia, y es muy significativo que entre las mujeres coahuilenses, la gran mayoría solo ha estado casada o unida una vez (89.6%) y solo una de cada diez mujeres se ha casado o unido al menos dos veces.
Las prevalencias específicas de violencia de pareja tomando como referencia estas dos situaciones, muestran que:
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La violencia por parte de la pareja está más extendida entre las mujeres que se casaron o unieron antes de los 18 años que entre quienes se casaron por primera vez cuando tenían 25 años o más. Cerca de la mitad de quienes se casaron antes de llegar a la mayoría de edad (48.0%) han enfrentado violencia por parte de su pareja, ésta proporción disminuye al aumentar la edad, llegando a 34.9% en las mujeres que se casaron o unieron por primera vez a los 25 años o más.
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Una proporción más amplia entre las mujeres que se han unido dos o más veces enfrenta violencia por parte de su pareja (42.9%), que aquellas que solo han tenido una unión o matrimonio (40.1 por ciento).
VIOLENCIA QUE MATA
La expresión más brutal de la violencia es aquella que pone en riesgo la vida de las personas y que en muchos casostiene la intención de terminar con su vida. Esta violencia extrema, tiene características diferentes si la víctima es una mujer o un hombre.
Cuando ocurre un deceso se determina la causa que lo provocó, y cuando éste no se debió a una falla orgánica o enfermedad, entonces se considera que la muerte fue ocasionada por unagente externo cuyacausa pudo deberse aun accidente en el que pierden la vida, o bien por agresiones provocadas intencionalmentepor otra persona o por agresiones auto-infligidas.
Durante 2016 en Coahuila de Zaragozase registró el fallecimiento de 16 684 personas; 45.4% de ellas eran mujeres. Las muertes por causas accidentales y violentas ascendieron a 1 403; uno de cada 8 decesos ocurrió por estos motivos.
De las muertes accidentales y violentas registradas en 2016, el 69.6% se debió a causas accidentales y 427personas (30.5%), fallecieron por la violencia intencional infligida en su contra por otras personas o por sí mismas,con la intención de provocar un daño letal.
En 2016 se registró el asesinato de 42mujeres, mientras que en 2015 fue de 62, lo que implica una disminución de 20 mujeres asesinadas en 2016 a lo registrado el año anterior.
El número de mujeres asesinadas durante 2016 es de los más altos registrados en los últimos 27 años
–1990 a 2016– los años donde se presentaron la mayor cantidad de muertes por homicidio en la entidad son 2012 con 1 146 y 2013 con 798 homicidios.
Durante el periodo 1990-2016 se registraron7 486defunciones por homicidio, 12.0% de las cuales fueron contra mujeres.
Una mirada a los últimos 27 años
Es importante mencionar que el número de mujeres que murieron por agresiones intencionales en los periodos 1990-1994, 1995-2000 y 2001-2006 se ubicaron en el orden de 79 a 141,en tanto que durante los años que van de los siguientes seis años 2007a 2012 fueron asesinadas 313 mujeres, lo que representa un incremento de 122.0% durante el periodo 2007-2012, con respecto al inmediato anterior.
De 2007 a 2016 ocurrieron más del 60.0% de los homicidios tanto de hombres como de mujeres, acumulados a lo largo de los últimos 26 años.
El promedio anual más bajo de defunciones se observa en el periodo1990-2000 para mujeres; y para hombres en el que va de 2001-2006; mientras que el más alto entre las mujeres se registró en los últimos cuatro años (2013-2016), alcanzando 68 defunciones anuales. En tanto, el promedio anual más alto de los asesinatos de hombres ocurrió en el periodo 2007-2012, cuando llegó a 425 hombres asesinados.
Durante el periodo 1991-2000 se observa, particularmente en las tasas de defunciones de hombres, una tendencia que muestra una disminución paulatina pero constante, y a partir de 2008 esta situación cambia abruptamente, alcanzando su nivel máximo en 2012, momento en que llega a una tasa de 40 defunciones por homicidio por cada cien mil habitantes y de 71 defunciones de hombres por cada 100 mil.
La tendencia en los homicidios de mujeres muestra un patrón diferente: pocas variaciones, manteniéndose en un rango constante de entre uno y tres homicidios por cada cien mil mujeres y con un importante aumento entre 2010 a 2013 y una disminución paulatina en los últimos tres años.
La tasa de defunciones por homicidio de hombresy mujeresinicia un descenso a partir de 2013.
Como se aprecia en el gráfico, de 1990 a 2008 los homicidios de mujeres habían estado menos sujetos a los cambios de contexto o coyunturales, con ligeras variaciones,revelando que se trata más de una expresión estructural originada por los patrones de género. A partir de 2010 se observa un aumento significativo de los asesinatos hacía las mujeres. En tanto que en el caso de las tasas de homicidios de hombres aumentó de 2007 a 2014.
Sin duda el periodo de mayor violencia en el país se ubica entre 2008 y 2011, observándose los principales cambios en el estado de Durango que pasó de 6.7 a 11.0 mujeres asesinadas por cada 100 mil y sobre todo Chihuahua, quealcanzó el nivel más alto al llegar en 2010, a 32.8 homicidios por cada 100 mil mujeres, que representa el nivel más alto en la historia del país.
Es importante mencionar que a diferencia de los homicidios de hombres cuyo aumento fue generalizado en todas las entidades en 2008 –en 29 entidades– con un aumento en todos estos casos de varios puntos; en el caso de las mujeres el proceso ha sido diferente:
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En 2008, en 10 entidades aumentaron las tasas de defunciones de homicidios de mujeres, pero este aumento fue de décimas de punto, excepto en Chihuahua que ya en ese año pasó de 3.1 en 2007 a 10.4 defunciones por cada 100 mil mujeres en 2008.
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En los últimos tres años (2014-2016), las entidades que presentan las tasas más altas en homicidios de mujeres son Baja California, Colima,Chihuahua,Guerrero,estado de México, Michoacán de Ocampo, Morelos,Oaxaca,Sinaloa, Tamaulipas y Zacatecas.
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Las entidades que presentaron el mayor aumento en la tasa de homicidios de 2014 a 2016 son Colima,Guerrero, Zacatecas,Morelos y Baja California.
Panorama estatal 2016
Si bien en términos relativos la tasa bruta de homicidios de mujeres en 2016 de 4.5 por cada 100 mil mujeres esmuy cercana al 4.6 registrado en 2011 y 2012, en términos absolutos, en 2016, se registró la mayor cantidad de mujeres asesinadas en el país en los últimos 27 años (2,813), que comparado con 2015 (2,383), representa un incremento bruto de 18.0 por ciento.
Durante 2016, ocho entidades registraron su tasa más alta de los últimos 27 años –Colima, Guerrero, Zacatecas, Morelos, Michoacán de Ocampo, Guanajuato, Tabasco y Ciudad de México– y cinco de ellas se ubican con los niveles más altos del país: Colima, Guerrero, Zacatecas, Morelos y Michoacán de Ocampo; mientras que en el caso de las otras tres entidades –Ciudad de México, Guanajuato y Tabasco- si bien registraron las tasas más altas de su historia reciente, estas se ubican por debajo de la media nacional.
De las 11 entidades con las tasas más altas en 2016 que se ubican por encima de la media nacional de 4.5 –Colima, Guerrero, Zacatecas, Chihuahua, estado de México, Morelos, Baja California, Tamaulipas, Sinaloa, Michoacán de Ocampo y Oaxaca–su situación es la siguiente:
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Colima, no solo alcanzó su nivel más alto de los últimos 27 años, sino que es la entidad con la tasa más alta del país en 2016, al pasar de 7.1 en 2015 a 16.9 homicidios de mujeres por cada 100 mil y cuyo registro anterior más alto se ubica en el año 2012, con 7.2.
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Guerrero, pasó de una tasa de 12.0 en 2015 a 13.4 en 2016. Su tasa más alta alcanzada se registró en 2012, con 13.2 homicidios de mujeres por cada 100 mil mujeres. En el caso de esta entidad se observa que después de una ligera disminución en 2013 y 2014, en 2015 y 2016 hay un repunte en su tasa de homicidios de mujeres.
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Zacatecas, pasó de una tasa de 3.0 en 2015 a 9.8 defunciones de mujeres por homicidio por cada 100 mil en 2016, más del triple. Su anterior tasa más alta se había registrado en 2013, con 7.8.
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Chihuahua, había presentado una baja constante después de que en 2010 alcanzó la tasa más alta en la historia del país con 32.8 mujeres asesinadas por cada 100 mil, llegando en 2015 a 7.5, en 2016 se observa un repunte al llegar a 8.9, nivel muy cercano al que registró en 2014, con 9.2. Cabe recordar que, en dos años (2010 y 2011), se registraron 992 homicidios de mujeres en esa entidad.
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Morelos, pasó de una tasa de 4.9 en 2015 a 8.6 en 2016, la más alta registrada en su historia ya que el nivel más alto alcanzado se registró en 2012 con 6.6 defunciones de mujeres por homicidio por cada mil. Esta entidad había presentado tasas superiores a 5.0 en 1993 (6.0) y 1999 (5.6), posteriormente durante la primera década del siglo XXI su nivel estuvo por debajo de los cuatro homicidios de mujeres por cada 100 mil, y a partir del año 2010 inició un proceso de aumento que llegó en 2012 a 6.6 y en los tres años siguientes disminuyó hasta llegar a 4.9 en 2015, para volver a repuntar en 2016.
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Baja California, después de que en 2009 alcanzó su tasa más alta de 9.7, con 153 homicidios de mujeres, inició un descenso hasta 2014, y en 2015 se observa un aumentó que llegó a 2016 con una tasa de 7.4 homicidios de mujeres por cada 100 mil.
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Tamaulipas, llegó a su tasa de homicidios de mujeres más alta en 2012 con 9.9 por cada 100 mil, una disminución en 2013 (5.5), un nuevo repunte en 2014 (7.9), disminución en 2015 y nuevo repunte en 2016 que llegó a 7.3 defunciones de mujeres por cada 100 mil en este año.
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Sinaloa, hasta antes de 2009 sus tasas de defunciones de homicidios de mujeres se ubicaban en niveles por debajo de 4.0, y a partir de ese año se observa un aumento al llegar a 5.6 y en 2011 alcanza su nivel máximo con 7.9 defunciones de mujeres por cada 100 mil. Posterior a ese año, se observa una tendencia a la baja durante 2012 y 2013 para volver a aumentar en 2014 llegando a 6.2 y aunque en 2015 vuelve a disminuir a 3.5, en 2016 vuelve a registrarse un aumento al llegar a 5.6 defunciones de mujeres por cada 100 mil.
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Michoacán de Ocampo, había presentado tasas por debajo de 5.0 y solo en 1996 registró una tasa de 5.5 defunciones de mujeres por homicidio por cada cien mil, pero en 2016 alcanzó las 5.6, que representa la tasa más alta en su historia reciente.
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Oaxaca. En la década de los noventa del siglo XX esta entidad había registrado durante cinco años, tasas de defunciones de homicidios de mujeres por encima de 5.0, llegando en 1995 a 6.1, y a partir de 1997 y hasta 2012 se mantuvo en niveles inferiores a 5.0. Sin embargo, en 2014 registró su nivel más alto, llegando a 6.5 defunciones de mujeres por cada 100 mil. Si bien en 2015 presentó una disminución, en 2016 se observa un aumento que la coloca en 5.1 por cada 100 mil.
En términos generales, las variaciones en el panorama de las defunciones por homicidio en 2016 con respecto al año anterior, vistas a través de la tasa de defunciones por cada 100 mil personas por sexo, se pueden resumir de la siguiente manera:
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Aumentó la tasa de homicidios de hombres y mujeres en 18 entidades: Baja California, Campeche, Colima, Chihuahua, Ciudad de México, Durango, Guanajuato, Guerrero, México, Michoacán de Ocampo, Morelos, Nuevo León, Quintana Roo, Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz de Ignacio de la Llave y Zacatecas.
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Aumentó solo la tasa de homicidios de hombres en ocho entidades: Aguascalientes, Baja California Sur, Jalisco, Puebla, San Luis Potosí, Sonora, Tlaxcala y Yucatán.
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Aumentó solo la tasa de homicidios de mujeres en tres entidades: Chiapas, Nayarit y Oaxaca.
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Disminuyeron ambas tasas, tanto de hombres como de mujeres, en Coahuila de Zaragoza, Hidalgo y Querétaro.
Jóvenes, la población más expuesta a la violencia extrema
Una de las características más importantes a tener en cuenta para el análisis de la violencia extrema es la edad, ya que derivado de los patrones de género, ésta constituye un factor determinante, en el caso de los hombres jóvenes están más expuestos debido los patrones de masculinidad imperantes que definen la hombría en función de la agresividad y su defensa por medios violentos, y en el caso de las mujeres jóvenes, se les atribuye un “mayor valor social” porque son vistas en esta etapa de sus vidas como objetos sexuales y su capacidad reproductiva para los hombres.
Del total de defunciones por homicidio de mujeres ocurridas en 2016, el 40.5% de ellas corresponde a mujeres menores de 30 años, mientras que entre los hombres es de 40.1% de las mismas edades. Es decir, las mujeres jóvenes son las más expuestas a la violencia extrema, incluso que entre los hombres de esas edades.
En 13 entidades federativas esta proporción está por encima de la media nacional: Baja California, Colima, Chiapas, Chihuahua, estado de México, Michoacán de Ocampo, Nayarit, Nuevo León, Puebla, San Luis Potosí, Sonora, Tamaulipas y Zacatecas y en nueve de ellas es cercana o por encima de la mitad del total de defunciones de mujeres.
La violencia homicida tiene una característica central, que según algunos historiadores se mantiene similar desde hace siglos en el mundo occidental, alcanzando su máxima intensidad entre los hombres jóvenes de 19, 21 a 24, y 26 años; y entre las mujeres, aunque con tasas más bajas, es en las edades de 18 a 20, y 24 años donde existe un mayor riesgo de morir por causas violentas.
Es por ello que la violencia cobra más vidas entre la población joven, particularmente entre quienes tienen de 15 a 29 años. Entre las mujeres que mueren por agresiones intencionales, la tasa más alta se ubica en 11.9 por cada cien mil entre quienes tienen 24 años, mientras que entre los hombres es de 45.9 por cada cien mil entre los de 22 años.
La saña, distintivo de la violencia feminicida
De acuerdo con la Ley General para el acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, se deberá entender por violencia, “…cualquier acción u omisión, basada en su género, que les cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte tanto en el ámbito privado como en el público.” Asimismo, determina que la violencia feminicida, es la forma extrema de violencia, conformada por el conjunto de conductas misóginas que pueden conllevar impunidad social y del Estado y puede culminar en homicidio y otras formas de muerte violenta de mujeres.
Los datos muestran que las mujeres son asesinadas con mayor violencia y saña, utilizan medios que producen mayor dolor, prolongan su sufrimiento antes de morir y sobre todo conlleva la aplicación de la fuerza corporal para someterlas.
De acuerdo con la información disponible sobre el medio o arma utilizada para causar la muerte de la persona, se aprecia que el medio más utilizado son las armas de fuego. Sin embargo, existe una diferencia relevante por sexo, ya que mientras los homicidios contra los hombres han sido perpetrados en
su mayoría con arma de fuego, en el orden de 47 de cada 100 de ellos en 2016; entre las mujeres fue superior al 50 por ciento.
En cambio, 24 de cada 100 mujeres fue estrangulada, ahorcada o sofocada, ahogada, quemada, golpeada con algún objeto o herida con un arma punzocortante. Asimismo, existe una menor proporción de ellas que fue ultimada con objetos punzocortantes. En tanto entre los hombres estas agresiones se presentaron en 31.7% de los casos.
Suicidios
Durante 2016 en el estado se registraron 168 defunciones por violencia autoinfligida (147 de hombres y 21 de mujeres), 12 menos que en 2015 que fue el año con el mayor número de suicidios del periodo
1990-2016, lo que representa en conjunto 1.0% del total de las defunciones registradas durante 2016 y 12.0% de las defunciones accidentales y violentas.
Del total de defunciones por lesiones autoinfligidas corresponden particularmente a jóvenes de 10 a 29 años (47.6%) y entre las mujeres, el 57.1% de este tipo de decesos fue de jóvenes de ese grupo de edad.
Al igual de lo que ocurre en las muertes por homicidio, las diferencias en las tasas de suicidios entre mujeres y hombres son amplias, sin embargo, las diferencias son menores que en el caso de aquellas.
A lo largo de los últimos 27 años las variaciones en las tasas anuales de suicidios son menores, en diez años (de 1990 a 1999), la tasa pasó de 3.1 defunciones por suicidio a 3.7 y para 2009, aumentó a 6.5 y en 2016 disminuyó a 5.6 suicidios por cada 100 personas. Ello muestra una tendencia de aumento, pero constante con pocas variaciones. Las más notables se observan en el año 1997, 2001, 2008 y 2009, momentos que identifican aumentos del orden o por encima de ocho décimas, alcanzando su nivel más alto en 2001. Es importante mencionar que también se observan variaciones a la baja siendo las más relevantes la de los años1992, 1998, 2004 y 2007.
En 2016, 13 entidades presentan tasas por encima de la media nacional. Las tasas de suicidios más elevadas entre las mujeres se observan en estados donde las tasas de homicidios están por debajo de la media nacional, mientras que en suicidios ocupan los primeros lugares.
Solo Colima y Chihuahua se ubican con las tasas más altas tanto de homicidios como de suicidios de mujeres.
En el caso de los suicidios de hombres, las tasas más elevadas también se ubican en Chihuahua, Yucatán, Aguascalientes, Colima, Campeche, Guanajuato, Quintana Roo, Sonora, Baja California Sur y Nayarit.