Los ‘infractores de la ley han tenido bastante tiempo para demostrar que pueden actuar sin límites y victimizarse’: Héctor Sánchez Gutiérrez.
Milenio Digital
CIUDAD DE MÉXICO.- Nochixtlán fue el resultado de una serie de errores, como la falta de tareas de inteligencia y estrategia para prever el escenario de emboscada y violencia que se registró el 19 de junio pasado, en un intento del gobierno federal para restaurar el estado de derecho en Oaxaca, ante las acciones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y grupos afines.
“Las amenazas a la seguridad se contienen con acciones tácticas exitosas, si éstas fallan, la amenaza crece y se vuelve más poderosa”, advierte Héctor Sánchez Gutiérrez, general de División retirado del Ejército, quien fue comisario de la Policía Federal Preventiva y comandó en 2006 las operaciones para impedir que la Asamblea Popular de Pueblos de Oaxaca (APPO) derrocara al gobierno de Ulises Ruiz.
El estratega militar, analiza para MILENIO, algunos de los yerros que desde su punto de vista cometieron las autoridades federales ante los enfrentamientos entre la Policía Federal, maestros y pobladores de Nochixtlán, que dejaron ocho civiles muertos, y señala que los “infractores de la ley han tenido bastante tiempo para demostrar que pueden actuar sin límites y que se pueden victimizar con facilidad, logrando una impunidad aberrante”.
Sobre la forma en que operó la Policía Federal (PF), el General, quien también dirigió a las fuerzas federales para recuperar el campus de Ciudad Universitaria durante los acontecimientos de San Salvador Atenco, lo resume en una frase: “La única forma de medir la actuación de la autoridad son los resultados”.
Asegura que en cualquier conflicto se deben agotar las herramientas y acciones que la política ofrece para conciliar y alcanzar acuerdos. “La búsqueda de la solución política nunca debe agotarse, aún cuando surjan actores que siempre tratan de medrar con estas situaciones, esto no quiere decir que se ‘perdone’ a quién infrinja la ley”.
Sánchez Gutiérrez detalla que ante los escenarios que se presentaron en la entidad, en el contexto del conflicto magisterial, antes de la operación de desalojo de bloqueos en Nochixtlán, se tuvo que haber hecho un intenso trabajo de inteligencia, de infiltración y recopilación de información para estar en condiciones de prever las posibles acciones de la disidencia y la población.
Comenta que también se tuvo que haber hecho uso de la tecnología, como el uso de drones para estar en condiciones de visualizar a los agresores.
“Esta es la inteligencia, realizar un trabajo exhaustivo de recopilación de información para estar en condiciones de prever y prevenir la actitud y posibles acciones de la muchedumbre, que es en lo que se convierten los ciudadanos cuando el anonimato los hace perder los valores y principios, realizando actos que como individuos no cometen”.
Expone que la intervención de las fuerzas federales implica previamente “información puntual y oportuna, que permita hacer planes que atiendan los imponderables, y la que se requiere para saber qué está pasando o puede pasar en el lugar, que le permita (a quien está al frente) evitar y contener emboscadas y acciones sorpresivas”.
Esto no ocurrió en Nochixtlán, las autoridades de la Policía Federal admitieron que dos mil personas, de cinco grupos afines al magisterio disidente, lograron emboscar a los elementos que ese día tenían la orden de desalojar el bloqueo carretero instalado en la zona, lo que derivó en un enfrentamiento que dejó más de un centenar de lesionados.
Explica también que “cada operación es diferente, el comandante la planea, prepara y conduce. Crea las condiciones para obtener el máximo de información sobre lo que hace y lo que puede hacer a quien tiene enfrente. Toma acciones para evitar que lo haga y se anticipa a lo que considera que puede hacer”.
Señala que el comandante que está al frente de una operación de este tipo “requiere mandos subalternos que tengan el liderazgo para controlar e impulsar a quienes están bajo sus órdenes, quienes finalmente están sometidos a mayor presión, y naturalmente se convierten en los más propensos en cometer errores, sobre todo si tienen enfrente a personas sin límite para cometer actos de barbarie”.
Expone que las operaciones policiales son semejantes pero nunca iguales, aunque en todas se deben aplicar principios, así como diseñar e implementar estrategias que son: “Construir unidades organizadas, equipadas, capacitadas y con cuadros de mando profesionales para cumplir con la sensible tarea de restablecer el estado de derecho.
“Se requiere comprender que se van a enfrentar a conciudadanos, que de acuerdo a su comportamiento pueden ser inconformes o trasgresores de la ley, y su calidad implica una forma diferente de actuar por parte de la autoridad. En el caso de la CNTE y grupos afines es evidente que son trasgresores de la ley”, afirma.
Sánchez Gutiérrez señala que “la CNTE es un grupo que se ampara en el estatus sindical, y que durante muchos años se ha dedicado a la extorsión política de los gobiernos tanto estatales como federal, adquiriendo poder político y económico que en algunos casos sustituye al Estado, y lamentablemente la educación quedó fuera de sus objetivos”.
El general comenta que cuando encabezó a las fuerzas federales en la recuperación del estado de derecho en Oaxaca en 2006 hubo recopilación de inteligencia para responder a las acciones de la APPO. “Sabíamos lo que llevaban y dónde lo pretendían usar durante la marcha del 26 de noviembre, que como comandante me permitió inutilizarlo antes de que fuera empleado.
“Acerqué mi unidad de Gopes a la Plaza o Jardín del Amor, con lo que pude rescatar a personal de los juzgados, cuyo edificio incendiaron frente al parque El Llano; entre otras acciones evitamos la vandalización de la central de autobuses, concentramos en el centro de la ciudad al agrupamiento femenino local para el traslado de las mujeres que fueran detenidas para evitar acusaciones de abusos y aplicamos una serie de medidas de carácter táctico en las diferentes fases durante la operación”.
Indica que uno de los grandes problemas en este tipo de eventos es que los líderes exacerban tanto a los manifestantes y llegan momentos en los que no se pueden controlar, por lo que se debe tener suficiente inteligencia y capacitación para actuar ante imponderables, que fue lo que no se hizo en Nochixtlán.