Aunque se tiene identificado que cinco estados concentran el 57% de las 3,978 fosas fosas clandestinas detectadas, la dimensión del problema de desaparecidos es incalculable
Agencias
A Fernanda Rubí Salcedo se la llevaron “por bonita” en Veracruz, a Francisco Javier Cardona “lo levantaron” de su taller mecánico en Zacatecas, a Ivette Flores Román de su domicilio en Guerrero, a Francisco Herrera Rivera lo bajaron de su camioneta en Tamaulipas. Las historias de desaparecidos en México se cuentan por miles y por desgracia están relacionadas con la existencia de fosas clandestinas en el país, porque en muchos de esos cementerios ilegales yacen los restos de quienes fueron reportados como no localizados.De acuerdo con la Comisión Nacional de Búsqueda, al 13 de julio de 2020 se habían identificado 3,978 fosas clandestinas en todo el país, de las que 1,143 fueron localizadas en los primeros 18 meses del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador; es decir, en promedio dos por día. De esas fosas, se exhumaron 6,625 cuerpos y restos de personas que algún día fueron reportadas como desaparecidas.Aunque se tiene identificado que cinco estados concentran el 57% de las fosas clandestinas: Veracruz, Sonora, Colima, Guerrero y Sonora, la dimensión del problema es incalculable.Para el director de Justicia Penal y Derechos Humanos del Instituto para la Seguridad y la Democracia A.C. (Insyde), Ernesto Cárdenas, las 3,978 fosas identificadas están muy por debajo del número real de cementerios clandestinos en el país.
“Es imposible saber en realidad cuántas fosas hay, ¿de qué dimensión es el problema? Es la pregunta que todos nos hecho en los últimos 10 años, pero que es difícil responder”, señaló
Ernesto Cárdenas, director de Justicia Penal y Derechos Humanos del Instituto para la Seguridad y la Democracia A.C.
Por ejemplo, dijo, en Veracruz se estima que hay 173 fosas clandestinas, pero tan solo en un solo sitio –Colinas de Santa Fe– se ubicaron 156 fosas, lo que es muestra de que las estimaciones están por debajo.
El experto consideró que parte del porqué se desconocen las verdades cifras, es porque la misma autoridad ha ocultado información, en algunos casos porque les representaba algún costo político o incluso por contubernio con delincuentes.
Registro de fosas, un primer paso
De acuerdo con el reporte “Violencia y Terror. Hallazgos sobre fosas clandestinas en México 2006-2017” una fosa clandestina es una práctica donde se materializan diversos delitos y violaciones hacia las personas que han sido inhumadas de manera clandestina, empezando por el derecho a la vida.
Con la llegada del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, las autoridades comenzaron con la integración del primer registro nacional de fosas comunes y fosas clandestinas que se nutre con información que aporta la Fiscalía General de la República, las fiscalías de los estados y de los colectivos de víctimas de desaparición.
En su conferencia matutina, el presidente afirmó consideró que la violencia y las fosas clandestinas son parte de la herencia del gobierno de Felipe Calderón y su equivocada política de seguridad.
“Aunque duele, tenemos que saber lo que realmente sucedió y desgraciadamente sigue pasando, porque no se puede de la noche a la mañana terminar con estas herencias de inseguridad y de violencia”, lamentó.
Colectivos de personas desaparecidas consideran que este gobierno ha olvidado el tema y que salvo a los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el presidente López Obrador no dialoga ni recibe a nadie más.
Yolanda Morán, integrante del Movimiento por Nuestros Desaparecidos, quien desde hace una década busca a su hijo que fue visto por última vez en Coahuila, aseguró que no tiene nada en contra de que para el presidente la prioridad sea caso Ayotzinapa, pero recordó que hay miles de familias que aún buscan a sus familiares, pero sin apoyo del gobierno.
“Todo es Ayotzinapa, ¡qué bueno!, no tenemos nada en contra de 43 desaparecidos, pero y ¿los 73,000 desaparecidos?, todos son importantes, todos son personas, por qué no se pronuncia el presidente por todos nosotros”, reclamó.
La activista recordó que se tenía el acuerdo de reunirse cada tres meses entre el gobierno federal y los colectivos de desaparecidos, pero esto no ha sucedido ni tampoco se ha reconocido la competencia del Comité Contra la Desaparición Forzada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con lo que el organismo podría recibir comunicaciones en nombre de las presuntas víctimas de violaciones por el Estado mexicano.
El incremento de la violencia es un factor que también incide en las fosas clandestinas. Año con año, el número de homicidios dolosos aumenta en México, tan solo en los primeros 18 meses de este gobierno se estima que se registraron 45,538 .
“El número de personas desaparecidas en México está relacionada al incremento de la violencia, homicidios y fosas clandestinas”, asegura Karolina Chimiak, codirectora del Centro de Justicia para la Paz (Cdpal).
Varios de los asesinatos no son cometidos por miembros del crimen organizado, también se ha señalado a autoridades (policías, militares, funcionarios) de ejecutar y enterrar a la víctima clandestinamente.
Pero consideró que es la impunidad la que alienta que genera que estos fenómenos delictivos vayan en aumento, porque matar alguien en México no tiene castigo, desaparecerlo o enterrarlo en una fosa clandestina tampoco.
Fuente: www.expansion.mx