De acuerdo con el Proyecto de Presupuesto de Egresos (PPEF) 2021, el gasto por pensiones y jubilaciones será 6.6 por ciento real superior al planeado en 2020, con un billón 64 mil millones de pesos, que representan 16.9 por ciento del total. En tanto, al pago de intereses y comisiones de deuda pública se programaron 724 mil millones de pesos, que representan 11.5 por ciento del PPEF y será 3.8 por ciento menor a lo aprobado en el Presupuesto de este año.
Ambos gastos son considerados obligatorios y los recursos no pueden moverse ni ajustarse, y el incremento resta margen de maniobra en la ejecución del gasto. En cuanto al costo financiero de la deuda, el documento presentado por Hacienda a la Cámara de Diputados reconoce que el elevado nivel que se ha alcanzado por deuda pública existente implica menores recursos para programas sociales e infraestructura. Por esto, explica, se ha buscado limitar su avance y evitado recurrir a deuda. El rubro de pensiones y jubilaciones contempla las del ISSSTE, Pemex y CFE, así como el gasto en pensiones del esquema de reparto de la Ley del IMSS de 1973 y la aportación que hace el Gobierno en las cuentas individuales, que son pensiones privadas, incluso, de instituciones ya desaparecidas como Luz y Fuerza y Ferronales.
Las pensiones públicas administradas por el Gobierno, ya sea de Pemex, CFE, IMSS o ISSSTE, nos muestran que el esquema de beneficio definido es un fracaso que si bien otorga pensiones muy generosas, pensiones VIP, pues tiene un alto costo fiscal para el País que se financia vía impuestos.