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Hágase la ley en los bueyes de mi compadre.

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OPINIÓN
Por: Verónica Cruz Perales

El ya conocido refrán de “Hágase la ley en los bueyes de mi compadre” le viene como anillo al dedo al presidente de la República, quien cada día se deja ver como “candil de la calle, obscuridad en su casa”, hace mutis ante los excesos de los hijos; e ignora y calla ante los actos de corrupción de sus funcionarios y hermanos.

Cuando se trata de los demás, es muy fácil hablar de corrupción y envolverse en la bandera de la honestidad; si eso aplica a familia y amigos, ya se complica la cosa para el presidente; y hay que hacer de todo para distraer a los mexicanos y evitar que el tema baje más, su ya dañada popularidad.

Los videos que han salido a la luz pública de los hermanos de López; Pío y Martín López Obrador recibiendo dinero para las campañas de Morena, dejan claro que la familia y el partido del presidente son igual o más corruptos que todos aquellos a los que ataca desde la mañanera todos los días.

El presidente ha perdido su guerra contra la corrupción, ha sido para él una estrategia mediática y una marca política que le permitió ganar las elecciones presidenciales; pero que ya no le funciona, porque sus funcionarios y hermanos han dejado claro, con sus actos de corrupción, que el gobierno es igual o peor que sus adversarios, a los que han crucificado en público y perdonado en privado, pues hasta hoy, no hay un solo acto de corrupción que se castigue en este país.

Si un video de esa naturaleza hubiera sido publicado en otro sección, López sin duda, hubiera exigido castigo y quemado en la hoguera pública al gobernante en turno; pero se trata de su sangre, y es más sencillo callar, hacer justicia en los bueyes de su compadre, es mucho más sencillo que hacerlo en los propios.

Nos leemos en la próxima; no sin antes darle un desde este espacio un cálido adiós a mi querida Tere Muriel, con quien compartí mucho tiempo en los últimos dos años. Buen viaje mi estimada amiga.

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