Últimas Noticias

La educación por televisión y su posible generación perdida de educación básica

Share on FacebookShare on Google+Tweet about this on TwitterShare on LinkedIn

El próximo 24 de agosto, en México dará inicio un nuevo ciclo escolar de educación básica (primaria y secundaria), con la característica principal de que será a distancia y con el apoyo de la televisión privada y pública, así como de la radio y de algunas nuevas tecnologías para la impartición de contenidos.

Debido al momento que vive el país y el mundo, existen nulas probabilidades de poder reunir grupos grandes de alumnos en espacios cerrados, a la par, de que la única opción real para poder llegar a la mayor parte de estudiantes es la televisión y el radio.

En lo referente a la cobertura, no existen críticas, el trabajo se ha hecho bien; el problema, radica en la parte de asegurarse que los contenidos están siendo comprendidos por los alumnos, ya que, hasta el momento, no se ha presentado un plan que ayude a cerrar ese proceso de aprendizaje.

Ante un escenario como el que se viene en México, el grupo escolar de mayor vulnerabilidad son los estudiantes de quinto y sexto año de educación primaria, y del segundo y tercero de secundaria, ya que, en esos niveles, es necesario desarrollar todas las habilidades cognitivas para iniciar un nuevo ciclo de aprendizaje en el siguiente nivel académico.

Entre ese grupo mencionado de estudiantes, habrá algunos con ingresos por encima del promedio y otros, en condiciones materiales y económicas muy desfavorables.

Si con clases presenciales, la brecha en educación básica en México es amplia entre estudiantes de altos y bajos ingresos, esa diferencia terminará por ser mayor en este momento, ya que un grupo podrá contar con todo el apoyo tecnológico, material y de asesoría para tener la certeza de que el aprendizaje está siendo óptimo, mientras que el otro grupo no podrá presumir de lo mismo.

En el corto plazo, las diferencias no serán visibles para el grueso del país, ya que ese grupo de estudiantes seguirá dentro de las aulas por algunos años más, por lo que la diferencia sólo será perceptible para el docente.

En un periodo de 7 a 10 años, ese grupo mencionado de la población tendrá que estar graduándose de alguna universidad, así como ingresar al mercado de trabajo, por lo que es en ese momento cuando se verá el real efecto de la pandemia en ese sector.

Lo más probable, es que, en el mediano plazo, los estudiantes que estén graduándose de la universidad y accediendo a un empleo formal, sean aquellas personas con ingresos familiares por encima de la media, ya que ese es el único grupo que hoy puede garantizar a sus hijos un aprendizaje integral al tener todos los medios en casa para hacerlo.

El grupo más desfavorecido en lo económico podrá seguir avanzando año tras año en la escuela, pero sin haber desarrollado el máximo de sus habilidades, ya que las condiciones económicas le obligarán a no seguir de la mejor manera las clases a distancia, a la par de que tampoco cuenta con todo lo necesario para completar su formación en el hogar.

No olvidemos que los planes escolares a ese nivel, sugieren que las visitas a museos, conciertos, películas y acceso al ocio son parte esencial de la formación de todo estudiante; al día de hoy, sólo ciertas familias en México cuentan con la posibilidad de acceder de manera virtual a ese tipo de actividades.

Una vez que la generación de educación básica mencionada esté en el mercado laboral, el ciclo de ingresos altos y bajos volverá a repetirse con mayor fuerza, ya que, las condiciones laborales entre un empleo formal e informal son completamente diferentes, lo cual impacta de manera directa en temas como acceso a la vivienda, salud, alimentación y educación.

No es para nada exagerado pensar que estamos ante una generación de jóvenes entre 10 y 14 años, que en el mediano plazo terminará muy dividida en lo económico y que, a la larga, generará problemas sociales para el país como precariedad, violencia, desigualdad o discriminación.

El reto educativo del Estado mexicano ante el problema sanitario tiene un par de soluciones que podrían aminorar el daño.

La primera de ellas, es volver a repetir el ciclo escolar una vez que sea posible retomar la actividad presencial, mientras que en estos meses el esfuerzo de educación a distancia debe estar enfocado en cubrir las carencias lectoras y de habilidad numérica.

La segunda solución, es continuar con las clases a distancia, pero una vez que los grupos se junten físicamente, reorganizar los planes escolares, con la finalidad de combinar contenidos de cursos pasados con los correspondientes al periodo académico actual. Ante tal escenario, es necesario que el Estado mexicano tome una postura más activa en la atención a un grupo de la población que en el mediano y largo representará un reto en lo social para el país.

 

Home Page