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La lucha del hombre ante las pandemias

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Por María Margarita Porto Henríquez

El ser humano está enfrentando en estos momentos una de las mayores y más crueles crisis humanitarias que ha penetrado rápidamente en todos los órdenes de las sociedades y ámbitos por cuenta de un nuevo tipo de Coronavirus denominado esta vez como COVID19, el cual ha traspasado todas las fronteras posibles de países, estados, océanos y comunidades enteras dejando a su paso dolor, sufrimiento, impotencia, aislamientos, violencia, desamparo y toda suerte de caminos tenebrosos. En su recorrido ha dejado miles de personas fallecidas, confinadas, a jefes de Estado tomando decisiones a veces inciertas ya que este nuevo virus y su comportamiento eran totalmente desconocidos. Es así como la sorpresa inicial se volvió preocupación global lo que contrajo una serie de nuevas contingencias necesarias para atajar de la mejor manera la propagación rápida del virus que a su paso ha dejado miles de contagiados con altas probabilidades de agravar el ciclo con otros miles de potenciales contagios.

Muy a pesar de que el hombre se ha enfrentado muchas veces en el pasado con otras peligrosas y nefastas epidemias que se convierten en pandemias si no se ataja a tiempo, cada vez se hace más difícil el control de nuevas enfermedades virales. A finales del siglo XX, las comunidad científica global, daba cuenta de una preocupación muy grande acerca de las nuevas enfermedades relacionadas con las bacterias. Esta preocupación se emana del comportamiento que han tenido las infecciones provocadas por nuevas bacterias llamadas superbacterias ya que el abuso o mal uso de los antibióticos que son las medicamentos que combaten las infecciones bacterianas, se han vuelto resistentes al bactericida y cada vez se hace más difícil darle un manejo exitoso a las nuevas infecciones provocadas por potentes estreptococos que se desarrollan en el cuerpo humano. Sin embargo, esta preocupación se puede decir que ha ocupado un segundo plano en las expectativas de la ciencia debido a los nuevos virus que por diferentes motivos totalmente sustentados por la comunidad científica, han aparecido en la vida cotidiana del hombre y sus rutinas laborales, familiares, sociales y culturales. Vale decir que una enfermedad viral es muy diferente de una bacteriana dado que las masas desprevenidas muchas veces por automedicación inician tratamientos contra una manifestación viral con antibióticos. Es una confusión que en muchos países de Latinoamérica se ha dado a través de los últimos años además de constituirse en una mala praxis.

EL VIRUS Y EL HOMBRE  EN LA ANTIGÜEDAD

Según algunos documentos históricos el hombre se ha visto enfrentado desde hace miles de años a formas de enfermedades que atacaban de manera silenciosa y sin aparente motivo y en si reducían las expectativas de las labores en los campos. Se sabe que ya unos miles de años atrás, se hizo manifiesta una enfermedad que de solo verla era causa de espanto por su cruel y pustuloso aspecto conocido más tarde como la viruela. Por tradición oral de abuelos a nietos se sabía que era causa inevitable de muerte.
Son muchas las enfermedades por virus que han hecho del ser humano una especie de laboratorio de ensayo y error, dolor y muerte especialmente cuando no se ha tenido conocimiento de estas y de epidemias pasan a ser pandemias por lo rápida y cruel de su propagación.

En  los últimos meses del año pasado el planeta recibió con sorpresa una noticia bastante preocupante originada en China, exactamente en la ciudad de Wuhan, dando alarmas de un nuevo virus que parecía ser originado en animales como el murciélago. Con argumentos especulativos se dice que de alguna manera “saltó” al hombre a través de la cadena alimenticia tal vez por las costumbres asiáticas ante el consumo de animales exóticos. En este salto el virus sufrió una mutación que originó el nuevo tipo de Coronavirus cuyo comportamiento era totalmente desconocido por la comunidad científica. Este proceso de evolución se conoce como zoonosis ya que la enfermedad o virus tiene su origen en los animales. Lo cierto es que el virus se esparció rápidamente por China dejando una estela de muertes y dolores humanos por lo cruel de sus características siendo en primera instancia una epidemia y luego para horror de sus habitantes y el resto del planeta, una pandemia.

Una pandemia en su definición más corta y pragmática es una enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región. Si un brote de epidemia actúa en regiones geogŕaficas extensas y sin control es ya una pandemia que puede acabar con comunidades enteras, diezmar la población y aumentar de manera aterradora el índice de muertes en cuestión de horas o días.

Las pandemias históricas que ha marcado una huella importante en el mundo, todas ellas zoonosis son la viruela, la difteria, gripe y tuberculosis. Sin embargo, han existido también otras de gran importancia ya que literalmente arrasaron con ciudades y poblaciones completas en épocas muy remotas de gran relevancia como la plaga de Atenas durante la guerra del Peloponeso ocurrida en el 420 A.C. Se trataba de una agente totalmente desconocido llamado tifoidea que acabó con buena parte de las tropas y una cuarta parte de la población en un período de cuatro años aproximadamente. La peste antonina ocurrida en 165-180 la cual posiblemente se trataba de una viruela; morían 5000 personas diariamente según se calculó en el censo de la época. La peste de Justiniano o peste bubónica la cual empezó en Egipto y terminó su cruel recorrido en Constantinopla. La peste negra también fue de grandes dolores en la historia de las enfermedades endémicas que se tornaron pandemia. Más recientemente podemos encontrar el cólera diseminada en el siglo XIX donde se vio afectada gran parte de la población rural al tiempo que la urbana.

Es importante destacar cómo el virus de la viruela dejó una marca muy cruel la cual destrozó México en la década de 1530 acabando con 150,000 personas sólo en Tenochtitlán incluyendo el emperador al igual que el sarampión que mató a más nativos mexicanos en la década de 1600.

MISIÓN: ACTUAR PARA SOBREVIVIR Y SANAR

Han sido múltiples los brotes epidémicos que se han convertido en las temibles pandemias en el siglo XX. Una de las recordados por su impacto mortal es la denominada gripe española que comenzó en marzo de 1918 en Kansas, Estados Unidos, una forma de gripe grave y mortífera que se expandió en el mundo dando muerte a unas 17 millones de personas. A ella le siguen otras gripes mortales y otras formas de virus inesperadas como el SIDA cuya muertes se estima entre 17 y 18 millones de personas. El SIDA por supuesto es una zoonosis que pasó del simio al hombre en una fecha aproximada del año 1977. En la década de los 80’s ya era el terror del planeta. Hoy en día la comunidad científica le ha dado una evolución positiva al tratamiento del  SIDA.

Como todo virus, hay personas portadoras que jamás desarrollan la enfermedad, pero sí son potenciales transmisores de ella.
Otras enfermedades que en la actualidad han sido casi erradicadas o al menos muy controladas son la tos ferina, sarampión y gripes pero que el pasado no muy lejano fueron pandemias muy temidas que cobraba vidas en niños y adultos de manera cruel y sistemática. Ya en siglo presente también la sociedad y los continentes se han vuelto enfrentados a graves enfermedades pandémicas muy conocidas como el Síndrome Agudo Severo Respiratorio en sus siglas SARS ocurrido en el año 2002, afectando a 8098 personas y 774 víctimas mortales la mayoría del sudeste asiático.

Tenemos también que mencionar la gripe aviar conocida desde el año 2003 en su cepa H5N1 la cual se constituyó en amenaza de pandemia en 2005 cuando el contagio saltó a los seres humanos. Luego se hizo presente la gripe conocida como H1N1, H3N2, H3N3 en calificación de alerta por parte de la Organización Mundial de la Salud. Hoy la comunidad científica la trata con antivirales en todos los países del mundo.

Una de las pandemias más temidas ha sido el ébola. Enfermedad altamente mortal y contagiosa que hoy es apenas controlada en países proclives a contraer la enfermedad. África libra una lucha constante contra este virus. Hoy en día el mundo entero y todos los países que lo conforman están librando un batalla ardua contra el nuevo coronavirus conocido también como COVID19 producida por el coronavirus SARS CoV2. En el mes de marzo del año presente la OMS la declaró en estatus de pandemia. Se propaga muy rápido y maneja una mortalidad media.

Para todos es conocidos los horrores que han vivido en Europa los países afectados, especialmente Italia y España, luego de que el virus se propagara desde China a pasos agigantados y poniendo a prueba la toma de decisiones certeras de sus gobernantes y el compromiso moral de los habitantes. Los cierto es que esta pandemia tiene más aristas de lo que realmente se pueda ver y tiene que ver con todo el mensaje que trae consigo la respuesta humana ante sus propios semejantes en momentos de dolor, enfermedad y muerte inminentes. Por las características del COVID19, gran parte de su propagación depende directamente del comportamiento ciudadano, la solidaridad y el compromiso noble de cuidarnos unos a los otros. Para evitar el desplome de las masas en el planeta, la mejor manera de evitar el contagio y no servir de huésped al nuevo virus, es el aislamiento social es casi un apostolado lo que conlleva a que el ser humano desde el punto de vista social, cultural y espiritual debe estar unido, acatar las directrices dictadas por los gobernantes, ser obedientes y respetuosos de la vida y de la naturaleza porque aunque parezca mentira, los océanos, los bosques, la naturaleza y el aire que respiramos, ha reverdecido en los últimos días y le han dado a los seres humanos una lección de humildad y esperanza. La naturaleza ha vuelto a dejarse ver con el esplendor fresco con que una vez se tuvo que esconder por al progreso industrial y la creación de las fábricas que poco a poco han minado bosques enteros, enrarecido el oxígeno y diezmado animales que ya están en vías de extinción.

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