Esteban Espinoza / Rioverde SLP
El Día de los Reyes Magos, celebrado cada 6 de enero, es una de las tradiciones más queridas en México y el mundo, uniendo fe, historia y momentos especiales en familia. Según los relatos bíblicos, los Reyes Magos –sabios astrólogos de Oriente– siguieron una estrella hasta Belén para ofrecer al Niño Jesús tres simbólicas ofrendas: oro, incienso y mirra.
En México, la celebración incluye un toque dulce con la tradicional Rosca de Reyes, un pan en forma de rosca decorado con frutas cristalizadas que simbolizan las joyas de las coronas reales. Este delicioso bollo, que puede llevar relleno de nata, crema o chocolate, esconde una sorpresa: quien encuentre la figurita del Niño Jesús se convierte en el anfitrión del Día de la Candelaria el próximo 2 de febrero, y paga los tamales.
La noche del 5 de enero es mágica para los niños, quienes colocan sus zapatos limpios, agua para los camellos y dulces para Melchor, Gaspar y Baltasar, esperando que les traigan regalos como recompensa por su buen comportamiento.
Desde las cabalgatas que recorren las calles hasta los momentos en torno a la mesa compartiendo la rosca, el Día de los Reyes Magos sigue siendo un símbolo de unión, esperanza y tradición que atraviesa generaciones.
