La muerte de una menor de 13 años por el nuevo coronavirus en Panamá generó interrogantes el lunes, incluso entre especialistas médicos, debido a que se supone que el nuevo virus es más letal en personas mayores o de la tercera edad con otros padecimientos crónicos.
El Ministerio de Salud de Panamá informó temprano los dos nuevos fallecimientos por COVID-19, el caso de la menor –la primera por el nuevo virus en el país — y de un hombre de 92 años en una provincia del centro occidente, donde no se habían reportado contagios.
Hasta el domingo por la tarde, Panamá sumaba 310 contagios y tres fallecidos, a los que se añaden los reportados esta mañana, lo que mantiene a este país con la mayor cantidad de infectados y víctimas por COVID-19 hasta ahora en Centroamérica.
La menor murió en un hospital de especialidades pediátricas de la Caja de Seguro Social en la capital, al parecer el domingo. Las autoridades de salud dijeron la víspera que investigaban informes sobre esa defunción, que luego confirmó.
Las muertes fueron notificadas al sistema epidemiológico del Ministerio de Salud después de que el Instituto Conmemorativo Gorgas realizara las pruebas de rigor y “se determinara que los decesos fueron producto de complicaciones respiratorias a causa del COVID-19”, señaló la institución.
El Gorgas es una institución reconocida regionalmente y se dedica a la investigación de enfermedades virales e infecciosas tropicales.
Se espera que las autoridades de Salud brinden mayores detalles de la muerte de la menor en su rueda de prensa de la tarde para actualizar sobre la evolución de la pandemia y las nuevas medidas para contenerla.
En declaraciones a un canal de noticias local, el infectólogo panameño Darío Flores dijo que la muerte de la menor es un caso excepcional y que habría que determinar si tenía otras complicaciones. Refirió que otras enfermedades virales, como la influenza, sí suelen afectar mucho más a los menores.
Habría que ver “si eso (alguna otra enfermedad) la comprometió”, estimó.
A partir de la medianoche del domingo regía en Panamá la suspensión de todos los vuelos comerciales por un periodo de 30 días, mientras las autoridades sopesaban si decretaban una cuarentena total.