Tras el anuncio que hizo el gobierno de México de la compra a Rusia de 24 millones de dosis de la vacuna Sputnik V contra el SARS-CoV-2, o coronavirus, que causa la enfermedad Covid-19, la especialista en inmunología, Irma Aguilar Delfín, advierte en un artículo que publicó en sus redes sociales, que debido a la tecnología empleada en el desarrollo de ese biológico, la vacuna en comento no podrá obtener la certificación internacional de la FDA o de la Organización Mundial de la Salud.
La especialista destaca que la vacuna Sputnik V tiene “detalles técnicos” que resultan bastante oscuros, y que no garantizan la efectividad deseada en los humanos, por lo cual ella estima que jamás le darían una autorización a esa vacuna en muchos países, aunque México planea inmunizar a una parte de la población con ella, pese a que no ha pasado la fase tres de su desarrollo.
Explica que varias de las vacunas para prevenir el covid-19 están fabricadas con una plataforma biotecnológica de adenovirus: Oxford/AstraZeneca, Sputnik V, CanSino y Jannsen. Y detalla: “los adenovirus son biorobots muy eficientes para entrar al cuerpo humano, por ello los investigadores en biotecnología decidieron usarlos como herramientas para fabricar vacunas, y por ingeniería genética les quitaron todo lo que hace que causen enfermedad y dejaron sólo la “cáscara” para usarla como vector, para poner ahí antígenos del microbio para el que se quieren hacer vacunas, sea el coronavirus, VIH, ébola, u otras enfermedades”.
Agregó que las vacunas Sputnik V, CanSino y Jannsen están basadas en adenovirus humanos, pero la vacuna de Oxford/AstraZeneca, está fabricada sobre una plataforma de adenovirus de chimpancé.
“Esto no es para nada una casualidad o una decisión arbitraria. Más bien se debe a que desde hace ya muchos años se ha visto que las vacunas fabricadas en plataformas de adenovirus humanos presentan problemas: a pesar de tener resultados muy prometedores en animales, al llegar a las pruebas en humanos, fallan. Esto se ha documentado especialmente bien para las que están fabricadas sobre adenovirus 5”, puntualiza.
Explica que muchas de las personas tienen anticuerpos preexistentes contra el Ad-5, porque se enfermaron con él y se recuperaron. El problema es que cuando su organismo lo vuelve a encontrar en forma de “cáscara”, estos anticuerpos preexistentes lo bloquean y no dejan que la vacuna haga su trabajo. A través de sus redes sociales, la Dra. Irma Aguilar Delfín, especialista en investigación biomédica por la UNAM, advierte que la vacuna Rusa Sputnik V, no podrá ser avalada por la FDA, ni por la OMS; además no tendría efectividad en la población. Fotos: especial / EL DIARIO
Recomienda esperar un poco más
Aguilar Delfín, expone que los fabricantes de vacunas se niegan a dar datos detallados y claros, sobre todo Gamaleya, acerca de Sputnik V.
“Los fabricantes de Sputnik V saben que el vector adenovirus 5 es un problema, porque ya les ha pasado antes. Ignorarlo y negarlo es altamente sospechoso y deshonesto”, expone.
La especialista en inmunología, advierte que no tenemos por qué aferrarnos a estas vacunas basadas en adenovirus 5, pues hay más vacunas que ya vienen en camino a México.
“La de Jannsen, basada en adenovirus 26 y con muy buenos datos preliminares de eficacia es una gran opción. La de Oxford/AstraZeneca es una vacuna buenísima y ya casi la tenemos. Las de Novavax y CureVac todo indica que también serán muy eficaces”, aseveró.
“Yo creo que no hay necesidad de acelerarnos con tener vacunas de eficacia dudosa. Además, está el riesgo de que si compramos esas dos, el gobierno ya no va a querer comprar y aplicar después las otras, incluso si se acaba viendo que las que compramos en la desesperación al final no funcionaron. Creo, pues. No entiendo de política ni me interesa mucho, pero frenar la pandemia en México sí me interesa”, puntualizó.
La Dra. Irma Aguilar Delfín, es licenciada en investigación biomédica Básica por la UNAM y doctora (PhD) en inmunología por la Clínica Mayo. Ha sido investigadora nacional desde el 2002, trabajando en el Instituto de Biotecnología (IBt-UNAM), el Instituto de Medicina Genómica (INMEGEN) y dos farmacéuticas que fabrican productos biotecnológicos. Actualmente es asistente técnico en la Comisión Coordinadora de los Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad (CCINSHAE).