Escándalos de corrupción, gasolinazos y crisis financiera, algunas de las causas
CIUDAD DE MEXICO (Proceso).- Desde que Enrique Peña Nieto asumió la Presidencia del país, el PRI ha perdido cerca de cinco millones de votos en las elecciones que se han realizado de 2012 a la fecha. Un millón de estos votos se habrían ido a Morena en la pasada elección del Estado de México.
Los escándalos de corrupción que han surgido en la gestión de Peña Nieto, más los de los ex gobernadores César Duarte, Javier Duarte y Roberto Borge, así como las denuncias de violaciones de los derechos humanos, gasolinazos y la crisis financiera, son algunos de los factores que han ocasionado que el PRI pierda tantos votos de cara a la elección de 2018. Bajo estas circunstancias, los priístas están más cercanos a sufrir una derrota que repetir la victoria en la próxima elección presidencial de 2018.
ENOJO SOCIAL
Hace seis años, cuando Peña era gobernador mexiquense, en el PRI ya se tenía segura la decisión de quién sería el candidato presidencial y, aprovechando el mal gobierno de Felipe Calderón, capitalizaron el enojo social en contra del panista, cuya decisión de declarar la guerra contra el narcotráfico costó miles de muertos, desaparecidos y desplazados.
Hoy este enojo social se ha acrecentado en contra Peña y muchos de los integrantes del PRI que en 2012 regresaron al poder con un ansia de rapiña, abuso de poder, corrupción, tráfico de influencia e impunidad.
La pérdida de votos se refleja también en la pérdida de gubernaturas, pues de 20 que se tenían en el 2012, ahora el PRI sólo cuenta con 14. Entre las derrotas más costosas electoralmente hablando se encuentra Veracruz.
La conducta del gobierno de Peña y la de algunos gobernadores profundizó la erosión del PRI, cuya credibilidad y confianza es cada vez menor.
Peña es el presidente con la peor calificación ciudadana desde 1995, cuando Ernesto Zedillo cargó con la culpa de la crisis financiera llamada que impactó a 17 millones de familias que perdieron propiedades y ahorros.