Veracruz encabezó la lista con siete muertes violentas, el 1 de enero pasado. Le siguieron Guanajuato y Zacatecas, con seis; Jalisco, con cinco, y San Luis Potosí y Guerrero, con cuatro.
Puebla, Sinaloa, Tabasco, Baja California, Ciudad de México, Estado de México y Michoacán registraron tres homicidios cada uno; en tanto que Chihuahua, Colima, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Sonora reportaron dos cada uno.
Morelos, Querétaro, Tamaulipas y Tlaxcala sólo tuvieron una muerte violenta. Aguascalientes, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Coahuila, Nayarit y Nuevo León no registraron ningún homicidio doloso el pasado viernes.
Diciembre pasado cerró con un acumulado de 2 mil 194 asesinatos, un promedio de 70.8 al día, de acuerdo con el reporte elaborado por el gabinete de seguridad federal y que a diario se le entrega al presidente Andrés Manuel López Obrador.
El 31 de diciembre de 2020, el subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía Berdeja, presumió una reducción marginal de 0.4% en las víctimas de homicidio doloso durante el año que recién terminó.
Sin embargo, el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC) refutó los dichos de la dependencia, al señalar que el análisis estadístico de la Secretaría de Seguridad Pública carece de rigor metodológico para ser considerado verdadero.
La organización aseguró que la dependencia mezcló bases diferentes, construidas con criterios diferentes, para sustentar sus afirmaciones, ocultó la metodología que usó para llegar a la proyección de 2020, mezcló periodos de tiempo y obvió el fundamental hecho que este año la pandemia por Covid-19 redujo la movilidad de las personas y la actividad comercial, por lo que los descensos son efecto de la baja actividad social y no un logro de alguna autoridad.
Además, indicó, aún si resultase cierto el dato, 0.4% de reducción del homicidio no es un logro si se suman las más de 15 mil personas que se reportaron como desaparecidas el año pasado, un récord sin precedentes.
“Desde el ONC refrendamos nuestra disposición para donar capacitación a las autoridades en la construcción de bases estadísticas y análisis de la información, desarrollo de tecnología que soporte estos ejercicios, inteligencia, transparencia y rendición de cuentas.
“Reconocemos el ejercicio de comunicar información, sin embargo, invitamos a la autoridad a que esta sea apegada a la realidad”, recomendó la organización