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Un rayo cayó sobre una humilde vivienda en la Comunidad Calmecayo de Coxcatlan, causando un incendio que consumió la casa de 4×7 metros fabricada con block y techo de paja de zacate. Los propietarios, María de la Cruz Hernández de 84 años y su esposo Germán Muñoz González, se encontraban durmiendo cuando fueron sorprendidos por el incendio.
Gracias a la rápida actuación de 60 voluntarios de la comunidad, los abuelitos pudieron ser rescatados de las llamas. Sin embargo, la casa y sus pertenencias fueron consumidas por el fuego, incluyendo documentos personales, medicinas y un ahorro de 2 mil pesos.
La comunidad se unió para ayudar a los afectados, pero el daño ya estaba hecho. La historia de estos abuelitos es un recordatorio de la vulnerabilidad de las familias ante los fenómenos naturales y la importancia de la solidaridad y el apoyo en momentos de crisis.