CHILPANCINGO, Gro. .- En medio del clima de violencia e impunidad que existe en la entidad, el subprocurador de Investigación de la Fiscalía General del Estado (FGE), José Antonio Bonilla Uribe, se dio un espacio de descanso para pasear en el Mar de Cortés, Baja California.
El pasado lunes, el funcionario navegó en un yate privado en las inmediaciones de la isla del Espíritu Santo, en el Mar de Cortés, frente a Los Cabos de La Paz, Baja California.
De acuerdo con fotografías difundidas en redes sociales, el subprocurador viajó el pasado fin de semana junto a su esposa y un grupo de amigos a Los Cabos. Fuentes oficiales confirmaron el viaje que se prolongó hasta el pasado lunes 24.
Otro amigo de Bonilla Uribe, hijo del notario público 3 de Acapulco, Jorge Ochoa Jiménez, también exhibió en su cuenta personal de Instagram una imagen en la que mostraba unos moluscos de concha. Dijo que se encontraban en la misma zona de Los Cabos.
Ese mismo lunes, en Guerrero, miembros de dos grupos de guardias comunitarios chocaron en las inmediaciones del poblado de Tlayolapa, municipio de Juan R. Escudero, con un saldo oficial de siete muertos y dos heridos.
Dos días antes, el sábado 22 por la noche, sujetos armados ejecutaron a la estudiante universitaria Adriana Ramos García junto a otro joven al interior de una pastelería ubicada en la zona urbana del puerto de Acapulco, donde ambas víctimas trabajaban para sostener sus estudios.
Hasta el momento, la FGE no tiene indicios de los responsables de la masacre de Tlayolapa, aseguró ayer el titular de la dependencia, Xavier Olea Peláez. En el caso de la universitaria asesinada en Acapulco, no se ha informado nada de manera oficial.
La acción del funcionario de la FGE se suma a la que en junio pasado hizo el gobernador Héctor Astudillo Flores, cuando viajó con su familia y parte de su gabinete en aeronaves y vehículos oficiales a la capital de Oaxaca, para asistir a la boda de uno de sus colaboradores, como lo mostró él mismo en redes sociales.
Escrito por APRO